jueves, 28 de noviembre de 2013

El aumento del nivel del mar

nationalgeographic.es

Sabes que....

Los testigos de sondeo, los registros de los mareógrafos y, últimamente, las mediciones por satélite demuestran que a lo largo del siglo pasado, el Nivel Medio del Mar (GMSL, por sus siglas en inglés) aumentó entre 10 y 20 centímetros. Sin embargo, la tasa anual de aumento durante los últimos 20 años ha sido de 3,2 milímetros, más o menos el doble de la velocidad media de los 80 años precedentes.
Durante el siglo pasado, la quema de combustibles fósiles y otras actividades humanas y naturales liberaron en la atmósfera enormes cantidades de gases que atrapan el calor. Estas emisiones han provocado que la temperatura de la superficie de la Tierra haya aumentado y que los océanos hayan absorbido alrededor de un 80 por cierto de este calor adicional.
El aumento de los niveles del mar está vinculado a tres factores principales, todos ellos inducidos por el cambio climático actual:
Dilatación térmica: Cuando el agua se calienta, se dilata. Alrededor de la mitad del aumento del nivel del mar que se produjo a lo largo del siglo pasado es atribuible al hecho de que los océanos, al calentarse, ocupan más espacio.
El deshielo de los glaciares y de los casquetes polares: Las grandes formaciones de hielo, como los glaciares y los casquetes polares, se derriten de forma natural en verano. Pero en invierno, las precipitaciones en forma nieve, compuestas en su mayor parte de agua marina evaporada, bastan normalmente para compensar el deshielo. Sin embargo, las altas y persistentes temperaturas registradas recientemente a causa del calentamiento global, son las responsables de que la cantidad de hielo que se derrite en verano haya aumentado y de que las nevadas hayan disminuido debido a que los inviernos se retrasan y las primaveras se adelantan. Este desequilibrio genera un aumento neto significativo de la escorrentía frente a la evaporación de los océanos, provocando que el nivel del mar se eleve.
Pérdida de hielo en Groenlandia y en la Antártida Occidental:Al igual que con los glaciares y con los casquetes de hielo, el aumento del calor está provocando que las enormes placas de hielo que recubren Groenlandia y la Antártida se derritan a un ritmo acelerado. Asimismo, los científicos creen que el agua dulce generada por la fusión en la superficie y el agua de mar bajo su superficie se están filtrando por debajo de las placas de hielo de Groenlandia y de la Antártida Occidental, lubricando las corrientes de hielo y provocando que estas se deslicen con mayor rapidez hacia el mar. Además, el aumento de las temperaturas está provocando que las enormes plataformas de hielo adheridas a la Antártida se estén derritiendo desde la base, se debiliten y se desprendan.
Consecuencias
Cuando el nivel del mar se eleva con rapidez, tal y como ha estado haciéndolo en los últimos tiempos, incluso un pequeño aumento puede tener consecuencias devastadoras en los hábitats costeros. El agua de mar penetra en zonas cada vez más alejadas de la costa, lo cual puede generar consecuencias catastróficas como la erosión, las inundación de humedales, la contaminación de acuíferos y de suelo agrícola, y la pérdida del hábitat de peces, pájaros y plantas.
Cuando las tormentas de gran intensidad tocan tierra, un nivel del mar más elevado provoca temporales de mayor tamaño e intensidad que pueden destruir todo lo que encuentran a su paso.
Además, cientos de millones de personas viven en zonas que cada vez serán más vulnerables al riesgo de inundaciones. La subida del nivel del mar les obligaría a abandonar sus hogares y a mudarse a otra zona. Las islas de poca altitud quedarían completamente sumergidas.

¿Cómo evolucionará en el futuro?

La mayoría de las predicciones afirman que el calentamiento del planeta continuará y probablemente se acelerará. Es probable que el nivel de los océanos siga aumentando, pero es imposible predecir a qué velocidad con exactitud. Un estudio llevado a cabo recientemente estima que el nivel de los océanos aumentará entre 0,8 y 2 metros para el año 2010, lo suficiente como para inundar muchas de las ciudades de la costa este de Estados Unidos. Las estimaciones más alarmantes, incluida la que afirma que la placa de hielo que cubre Groenlandia podría derretirse por completo, estiman el aumento del nivel del mar en 7 metros, lo suficiente como para sumergir Londres y Los Ángeles.
Descubren un volcán activo bajo la Antártida
La cima del Monte Erebus proyecta una larga sombra sobre el Mar de Ross.
Científicos han descubierto un volcán bajo una gran capa de hielo en laAntártida y alertan de que podría acelerar la pérdida de hielo y aumentar el nivel del mar.
Efectivamente, cuando entre en erupción, pues los expertos aseguran que lo hará aunque no se puede saber cuándo, «creará millones de litros de agua bajo el hielo», como señala el director del estudio Doug Wiens, profesor de ciencias terrestres y planetarias de la Universidad de Washington en St. Louis (Estados Unidos).
El descubrimiento del volcán, como han explicado los científicos, ha sido accidental. En enero de 2010 instalaron una serie de sismómetros (detectores de terremotos) en Marie Byrd Land, una región de la Antártida occidental. Éstos detectaron dos eventos sísmicos con un año de diferencia, en 2010 y 2011, que fueron relativamente pequeños, de magnitudes entre 0,8 y 2,1.
Los temblores tuvieron lugar en profundidades de entre 24 y 40 kilómetros, cerca de la separación entre la corteza y el manto, es decir, a mucha mayor profundidad que los terremotos habituales.
Esta peculiaridad, junto con la baja frecuencia, les llevó a considerarlos como profundos terremotos de largo periodo, que se dan en zonas volcánicas.
Según Amanda Lough, miembro del equipo, no se sabe con seguridad qué provoca este tipo de terremotos: «Parece que depende de cada volcán, pero suele pensarse que es el movimiento del magma y otros fluidos los que producen vibraciones en las grietas de los sistemas volcánicos».
Según Lough, lo importante no es saber si entrará o no en erupción, sino cuándo lo hará: «Es muy probable que ya lo haya hecho antes», puesto que el volcán está situado sobre una zona elevada de tierra que el equipo cree que está formada de material procedente de erupciones anteriores.
¿Qué ocurrirá en caso de erupción?
El volcán está cubierto por más de un kilómetro de hielo, por lo que la erupción tendría que ser muy potente para alcanzar la superficie. En cualquier caso, el calor provocaría el derretimiento en la base del volcán y el agua del deshielo actuaría como lubricante que llevaría la capa de hielo hacia el mar a mayor velocidad y, por tanto, el nivel del mar subiría ligeramente.
«No decimos que la erupción vaya a derretir la capa de hielo ni que el nivel del mar vaya a subir de forma drástica», aclara Lough a National Geographic. «Este volcán lleva activo millones de años; el hielo se ha mantenido durante erupciones pasadas, por lo que las futuras no van a acabar con la capa de hielo».
Los sismómetros que se utilizaron para detectar el volcán han sido desinstalados y están ahora en otras zonas de la Antártida, por lo que no es posible seguir estudiando su actividad sísmica. Sin embargo, Lough espera que los científicos sigan haciéndolo a partir de otros instrumentos.
«El estudio ha despertado un gran interés entre los profesionales del campo», afirma, «y espero que otros tomen el relevo y traten de descubrir cuáles son las posibles consecuencias».

Hubo conexión terrestre Patagonia-Antártida

Científicos chilenos comprobaron que hace millones de años hubo una conexión terrestre entre la Patagonia y la península Antártica por donde transitaron dinosaurios y vegetales
diariouno.com.ar

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Fuente:
Científicos chilenos comprobaron que hace millones de años hubo una conexión terrestre entre la Patagonia y la península Antártica por donde transitaron dinosaurios y vegetales.
Se trata del hallazgo de huesos y partes del cráneo de dinosaurios al norte de Última Esperanza, un descubrimiento inédito para la región de Magallanes, ubicada a más de 3.000 kilómetros de Santiago y muy cerca de la frontera con Argentina.
Los restos son además los más australes de los que se tiene registro, por lo que el descubrimiento fue calificado como un hito en la paleontología mundial.
David Rubilar, paleontólogo del Museo Nacional de Historia Natural de Chile, explicó que se han identificado restos que podrían ser de hadrosaurios e iguanodóntia basales, es decir, "al menos dos formas diferentes de ornitópodos".
Añadió que para determinar si se trata de algo nuevo o no, deberán comparar material hallado con fósiles de otras colecciones paleontológicas del mundo y revisar bastante bibliografía.
Los hadrosaurios o dinosaurios de pico de pato eran herbívoros que tenían más de dos mil dientes en la boca, organizados en grandes placas, que molían y picaban el alimento antes de tragarlo. Podían descansar sobre sus patas delanteras al alimentarse a ras de suelo, siendo facultativamente bípedos para correr o alcanzar alimento en los sitios más altos. Medían entre 8 a 9 metros de largo, y entre 3 y 4 de altura.
Respecto a la relevancia del descubrimiento, Alexander Vargas, paleontólogo de la Universidad de Chile, aseguró que es de "suma importancia" pues se trataría de una capa con alta concentración de huesos, lo que se denomina "bonebed" o "cama de huesos".
"Este tipo de hallazgos, con alta concentración de huesos, es inédito en el país. Todavía se deben seguir las investigaciones de campo para establecer la extensión y concentración de fósiles in situ", precisó.
Los hadrosaurios han sido frecuentemente encontrados en el hemisferio norte, sin embargo, hay registro de un diente de esta especie en Antártida.
El jefe de la investigación, Marcelo Leppe, doctor y paleobotánico del Instituto Antártico Chileno, destacó que lo interesante es que se encontraron dinosaurios in situ, lo que "nos entrega una tremenda información del contexto donde vivieron".
Leppe destacó como otro hito importante el hallazgo de las primeras hojas de Nothofagus de la era de los dinosaurios, que tienen por lo menos 66 millones de años y que estaban bajo los huesos.
Los Nothofagus (familia Nothofagaceae Kuprian) comprenden 10 especies en Chile, y dominan el paisaje boscoso del sur de Sudamérica, siendo conocidos comúnmente como robles, coihues, lengas, ñirres, raulíes, ruiles y hualos.
"Nunca se habían encontrado hojas de esta especie antes de los 50 millones de años, ni menos en la misma época en que estuvieron presentes en Antártica (80 millones de años)", afirmó Leppe.
Añadió que esta información será clave para comprender la historia natural del sur de Chile y la Antártida, masas terrestres que estuvieron unidas permitiendo la distribución de las especies de un lugar para otro, durante la Era del Mesozoico, época en la cual gobernaban los dinosaurios.
"Nuestra hipótesis es que Nothofagus llegó desde Antártica a Chile agresivamente dominando el paisaje natural hasta el presente", aseguró Leppe.
Los descubrimientos se realizaron en febrero pasado por un equipo de 11 investigadores y fueron dados a conocer el viernes por la Fundación Imagen de Chile.
Previamente, en 2011, se identificó el lugar gracias a imágenes satelitales y al trabajo realizado por el paleobotánico japonés Harufumi Nishida. Luego, efectuaron dos campañas al área para encontrar los sedimentos que dan cuenta del Cretácico Terrestre.


Fuente: AP.

Cafeteros colombianos esperan alcanzar producción de 18M de sacos en cuatro años

americaeconomia.com
El gerente de la Federación Nacional de Cafeteros, Luis Genaro Muñoz, indicó que llegar a esa meta en ese tiempo va a depender de muchas variables, algunas de ellas tiene que ver con los resultados de la implementación de estrategias que van a permitir recuperar la productividad.
A octubre de este año, el 95% de las plantaciones de café son tecnificadas y el 59% del área se encuentra sembrada en variedades resistentes a la roya.M
  •  
Producto de los programas de renovación cafetera, los cultivadores del grano
 esperan alcanzar una producción cercana a los 18 millones de sacos de 60 kilos, 
empezando por los once millones que se esperan para 2013 y los 12 millones para 
un año después.
El gerente de la Federación Nacional de Cafeteros, Luis Genaro Muñoz, indicó que 
llegar a una producción de 18 millones de sacos en cuatro o cinco años va a 
depender de muchas variables, algunas de ellas tiene que ver con los resultados 
de la implementación de estrategias que van a permitir recuperar la productividad.

el 59% del área se encuentra sembrada en variedades resistentes a la roya. 
Además el parque cafetero de 960.000 hectáreas se incrementó en 755 millones 
de árboles.
En el marco del LXXIX congreso cafetero, los cultivadores del grano presentaran un
pliego de peticiones al gobierno que contiene peticiones relacionadas con los 
costos laborales, pues a la hora de la competitividad es un tema “muy complicado, 
especialmente para productos de exportación cuyos costos en gran proporción 
sea mano de obra, como es el caso del café que se lleva el 70% de los costos”, 
dijo el gerente de la Federación.
Una de las discusiones de este congreso cafetero se centrará en los costos
 laborales de manera que compitan a la hora de salir a los mercados internacionales 
sin desmedro del bienestar del productor, ni menos del trabajador rural.
El dirigente gremial indicó que en el asunto laboral para el sector cafetero, el 
Estado debe asumir sus propias responsabilidades, como lo hizo en el caso de la salud. 
Si los costos “se los imputamos siempre a los productores agropecuarios, difícilmente 
en épocas de precios deprimidos vamos a ser competitivos”, alertó el presidente de la Federación.
El dirigente de los cafeteros indicó que Colombia debe trabajar en el concepto de la 
estabilización de los precios agropecuarios. "Es un concepto que no me invento, que 
se ve claramente expresado en la ley 101 de 1993", dijo.
"No se trata simplemente de subsidios, competitividad es el principio", dijo 
Luis Genero Muñoz. 
El gerente de la Federación destacó que este año las exportaciones colombianas 
crecen dos millones de sacos de café, por la caída de la producción en 
Centroamérica y Perú. 
“Cuando nosotros nos caímos en la producción 2009 y 2010, el ganador fue 
Brasil que metió café, que ellos tienen como suaves, al mercado. Hoy nosotros 
estamos tomando esa porción, y eso se llama competitividad”, dijo.

autor
ELESPECTADOR.COM

Países de todo el mundo deberán invertir US$1,8 billones para cubrir necesidades de agua

americaeconomia.com
El informe, realizado por el Instituto para el Agua, Medio Ambiente y Sanidad de la ONU y la Oficina de Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible, señala que esas inversiones se tendrán que hacer durante veinte años a partir de 2015.



Estudios anteriores indican que, si no cambian las políticas de consumo y suministro de agua en el mundo, para 2030 la diferencia entre la demanda de agua y el suministro será del 40 %.
  • Mié, 27/11/2013 - 18:13
Toronto, Canadá. Los países del mundo necesitarán invertir hasta US$1,8 billones 
al año para cubrir las necesidades de agua, pero los beneficios de esa inversión 
ascenderían a 3 billones de dólares, según un informe difundido hoy por Naciones Unidas.
El informe sobre la necesidad de agua para el desarrollo y crecimiento sostenibles, 
realizado por el Instituto para el Agua, Medio Ambiente y Sanidad de la ONU (Inweh), 
con sede en la localidad canadiense de Hamilton, y la Oficina de Naciones 
Unidas para el Desarrollo Sostenible, señala que esas inversiones se tendrán 
que hacer durante veinte años a partir de 2015.

demanda del líquido y el suministro será del 40%.
Estudios anteriores de Inweh indican que, si no 
cambian las políticas de consumo y suministro de 
agua en el mundo, para 2030 la diferencia entre la 
demanda de agua y el suministro será del 40%.
Adeel también señaló que la recompensa por esta inversión 
serán unos beneficios 
directos de más de US$3 billones gracias a ahorros en sistemas sanitarios, preservación
 de ecosistemas o creación de medios de sustento para las poblaciones más necesitadas.
Pero el director de Inweh también advirtió de la necesidad de enfrentarse
directamente a la elevada corrupción que estos proyectos atrae y que califica 
como "el elefante en la habitación del que nadie quiere hablar".
Adeel cuantificó en "un tercio" del total del dinero destinado para proyectos 
de agua y salubridad lo que se pierde en corrupción.
"Alrededor de un tercio de las inversiones destinadas a estos proyectos es 
desviado en varias formas de corrupción en vez de dedicarse a los proyectos 
originales", dijo Adeel.
"Todos hablamos de cuánta inversión se está destinando y cuánto será necesario 
en el futuro, pero nadie habla de la sangría que supone la corrupción", añadió.
El responsable de Inweh dijo que otro efecto de "la corrupción de la estructuras de 
gobierno" que afecta a los proyectos de infraestructura de agua es que la burocracia 
tiende a favorecer proyectos de gran envergadura que no siempre son los más efectivos 
o apropiados.
"La corrupción favorece los mayores proyectos de infraestructura, particularmente 
al nivel nacional, y tiene menos interés en los proyectos más pequeños y comunitarios, 
porque según nuestras estimaciones hay más posibilidades de corrupción en los 
grandes proyectos" explicó.
Por ello, el estudio señaló la necesidad de que de los billones anuales que se necesitarán 
en inversiones en los próximos años, "una parte significativa" vaya destinada "a 
mejorar la gobernación y las instituciones y sobre todo a que se rindan cuentas 
sobre lo que consiguen las inversiones".
"Otra tendencia que estamos observando, especialmente en ayuda al desarrollo 
e inversiones procedentes del exterior, es la canalización directamente de los 
fondos a grupos comunitarios para que implementen los proyectos en vez de la 
burocracia gubernamental que es menos eficiente", añadió Adeel.
A pesar de estos problemas, el informe es claro en los beneficios de las inversiones 
globales en infraestructuras de agua y salubridad.
Por ejemplo, según un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) citado 
por los autores, por cada dólar invertido en la mejora del acceso al agua potable y
 servicios sanitarios se generan US$4,3.
Adeel también criticó que las necesidades de agua de la población en los países en 
desarrollo, e incluso en los países desarrollados, son ignoradas por las autoridades.
"Nuestros objetivos para después de los Objetivos de Desarrollo del Milenio de 2015 deben también reconocer el papel vital del agua en los planes de desarrollo nacional e internacional", agregó.
autor EFE

Brasil construirá cinco terminales para despegue y aterrizaje de drones

La Asociación Brasileña de las Industrias de Materiales de Defensa y Seguridad (Abinde) y la administración aeronáutica nacional pretenden crear cinco terminales para el vuelo de drones (vehículos aéreos no tripulados) en el país.

La Asociación Brasileña de las Industrias de Materiales de Defensa y Seguridad (Abinde) y la administración aeronáutica nacional pretenden crear cinco terminales para el vuelo de drones (vehículos aéreos no tripulados) en el país.
Según explicó hoy martes Antonio Castro, presidente de la Abinde que estudia el caso, la idea es que se construyan dos pistas para el aterrizaje y despegue de los drones en el estado de Sao Paulo (sureste) y una en los estados de Minas Gerais, Río de Janeiro (ambos en el sureste) y Río Grande do Sul (sur del país).
"De las 10 empresas que fabrican drones en el país y están dentro de la asociación, nueve ya tienen modelos para hacer pruebas. Las pistas serían esenciales para el desarrollo de la industria nacional de defensa", explicó Castro en declaraciones al portal G1.
Actualmente, la legislación brasileña prohíbe el vuelo de drones sobre las ciudades del país. Los aparatos sólo pueden volar en áreas rurales, lejos de helicópteros y aviones, y necesitan tener una certificación de la Agencia Nacional de la Aviación Civil (ANAC) para operar.
Se calcula que actualmente hay unos 200 drones en operación en Brasil, aunque el número podría ser mayor, porque varias policías regionales usan estos aviones pequeños con cámaras de forma ilegal en algunas operaciones, según denunció la prensa.
"Las pistas son una aspiración antigua de las empresas que ganan financiamiento público para el desarrollo y ahora están con dificultad para vender. En ellas, podremos volar por tiempo indeterminado y sin riesgos", explicó Castro. Fi

África, granero del mundo

Siete de los 15 países en los que más está creciendo la producción agrícola son africanos

Los expertos ven un gran potencial, pero también importantes riesgos


El Banco Mundial y las Naciones Unidas están convencidos de que África puede convertirse en el gran granero que alimente al resto del planeta. Sin embargo, hay voces que alertan de que ello podría tener implicaciones negativas para la seguridad alimentaria de la propia población africana. La pregunta que suena cada vez más en determinados círculos políticos y económicos es: ¿debe vender cantidades masivas de alimentos una región donde el hambre y la escasez siguen presentes?
El continente africano, y en particular el África subsahariana, es una zona de amplios contrastes. Mientras la sequía extrema y el hambre golpean a países como Namibia, un reciente trabajo de la Fundación Mo Ibrahim, que promueve el buen gobierno en la región, destaca que de los 15 países del planeta donde más ha crecido la producción agrícola entre 2000 y 2008, siete son africanos: Angola (13,6%), Guinea (9,9%), Eritrea (9,3%), Mozambique (7,8%), Nigeria (7%), Etiopía (6,8%) y Burkina Faso (6,2%). ¿Cómo interpretar situaciones tan dispares? En 2050, la población africana se duplicará y ya serán 2.000 millones de personas que atender. ¿Tendrá África capacidad para alimentar a los 54 países que la dibujan y al mismo tiempo a un planeta que le exige cada vez más alimentos?
“¡Desde luego que África podría ser el granero del mundo!”, exclama Mercy Wambui, experta de Uneca (Comisión Económica para África de Naciones Unidas). “Pero antes tienen que producirse una serie de cambios internos. Comenzando por una gestión más eficaz de los recursos”. Sin embargo, el terreno es sólido. “África posee el 60% de las tierras [la mayor extensión del mundo] potencialmente cultivables del planeta”, incide Aaron Flohrs, socio especialista en esta región de la consultora McKinsey. De hecho, según el Anuario Estadístico de la FAO (Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), un 79% de los campos que podrían cultivarse en el continente están sin trabajar. Y la gestora de fondos de inversión Fidelity asegura que solo se explota el 10% de los 400 millones de hectáreas de tierra cultivable situadas entre Senegal y Sudáfrica. Suficiente, apunta Fidelity, no solo para alimentarse ellos mismos sino para satisfacer la creciente demanda mundial.
“El potencial es enorme, pero hace falta impulsarlo con políticas de desarrollo sostenible”, reflexiona Mercy Wambui. Dicen los expertos que para lograrlo hay que romper el ciclo de la agricultura de subsistencia (el 85% de las explotaciones africanas ocupan menos de dos hectáreas), invertir en infraestructuras que apoyen el crecimiento del sector (carreteras, puentes, embalses) y alcanzar economías de escala. Pero estas son ideas que parecen sacadas de un manual de economía, la vida en África impone sus propias enseñanzas.
África genera al año 700 millones de toneladas de productos agrícolas, que le reportan 313.000 millones de dólares (230 millones de euros), según el Banco Mundial. O sea, la agricultura explica el 15% de su riqueza. Sin embargo, la exportación de alimentos básicos cayó del 3,8% en 2003 al 3,5% en 2012. Así lo revela la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD, en sus siglas inglesas).
África alberga más de la mitad de la tierra cultivable del planeta
Sudáfrica, uno de los países africanos con mayor desarrollo agrario, es un importador neto de comida. ¿Cómo es posible? Thabo Ncalo y Humphrey Gathungu, responsables de la gestora de fondos Stanlib Africa Equity Fund Managers, aportan varias pistas. “Muchas explotaciones aún dependen de la lluvia y carecen de sistemas de irrigación propios. Además, la producción aumentaría drásticamente si utilizaran fertilizantes y mejores técnicas de labranza”, aseguran. Pero no todo es una cuestión de rendimiento sino también de ahorro. Las pérdidas que se producen al finalizar la cosecha se han convertido en un mal endémico. Solo en el cereal oscilan entre el 15% y el 20% de todo lo recogido. Es una merma que cuenta. “Una reducción del 1% en ese tipo de pérdidas puede transformarse en una ganancia al año de hasta 40 millones de dólares (30 millones de euros)”, calculan los analistas Ncalo y Gathungu.
La FAO lleva tiempo avisando de que en el mundo se desperdician 1.300 millones de toneladas de alimentos al año. Un tercio del total. Es más, la organización advierte de que en 2050 el planeta necesitará 71 millones de hectáreas de cultivos adicionales para alimentarse. África y su granero tendrán entonces que entrar en escena urgidos por la necesidad. ¿Podrán responder al desafío?
El sector agrícola africano crece a una tasa limitada de entre el 2% y el 5% anual. Parte desde niveles bajos y todavía tiene un fuerte potencial de mejora. Y tierra donde hacerlo no le falta. “Mozambique, Nigeria y Zambia comparten las mayores extensiones de campos infrautilizados del continente”, desgranan en Fidelity.
Las posibilidades se extienden a los territorios del sur, centro y este. Naciones como la República Democrática del Congo cuentan con un vasto granero (el 52% de todas las tierras del país son cultivables) sin utilizar debido a las guerras civiles y los conflictos sociales. Y esto nos lleva a otra consideración. Las estrategias agrícolas, para que tengan éxito, deben estar respaldadas por buenas políticas de gobernanza, y aquí el continente falla. También flaquea en la gestión del agua, que según los expertos del banco Citigroup “es el verdadero desafío en elÁfrica subsahariana”, donde solo un 4% de los cultivos están irrigados. Un reto que, por ejemplo, exige realizar inversiones en infraestructuras para extender el regadío.
Es una lectura del problema que encaja con la que el Banco Mundial plasmaba en el trabajo Growing Africa: Unlocking the Potential of Agribusiness, publicado en marzo pasado. Esta institución piensa que África podría crear un mercado de alimentos en 2030 de un billón de dólares (736.500 millones de euros) si abriera sus puertas a la entrada masiva de capitales, empresas y tecnología extranjera. Pero esta propuesta encuentra la oposición de varias organizaciones no gubernamentales, ya que esa idea, aseguran, transita justo en la dirección contraria. “¿A quién beneficia este mercado si está controlado por especuladores financieros de Londres, Nueva York o Pekín?”, se pregunta Henk Hobblink, coordinador de la organización Grain. “Utilizar prioritariamente las tierras agrícolas para exportar mientras haya personas que pasan hambre en el continente es un crimen. Y echar a los campesinos de sus campos para dárselos a inversores foráneos para que produzcan más es, además, un error”.
Esta última frase de Henk Hobblink traslada el texto al fenómeno del acaparamiento de grandes extensiones de tierras (y agua) en África. LaONG Grain denuncia que unos 60 millones de hectáreas del continente (algo más del tamaño de España) han sido puestas en manos de extranjeros para su explotación, dejando fuera a las poblaciones rurales que tradicionalmente las habían trabajado como medio de subsistencia. Es muy recomendable para entender la magnitud del problema echar un vistazo al detalle de las mismas en landmatrix.org, el único portal del mundo que compila las transacciones. Hay 819 recogidas en todo el planeta. Nada menos que 383 corresponden a África. Un 46% del total. España solo aparece en una operación, de 15.000 hectáreas, en el territorio de Mozambique.
“El acaparamiento de tierras y las inversiones extranjeras para convertir África en el granero del mundo no son nada nuevo. Es un disfraz de neocolonizadores de corbata a caballo del libremercado: cultiven azúcar, cacao, café, caucho —decían entonces— y saldrán de la miseria. Cultiven soja, palma africana o cualquier cosa que necesite la agroindustria o nuestros automóviles —dicen ahora— y verán cómo les llueve el progreso. Mentiras criminales”, afirma, rotundo, Gustavo Duch, coordinador de la publicación Soberanía alimentaria.
Las ONG alertan del peligro de dañar la seguridad alimentaria de estos países
Sin duda África necesita inversión en sus campos, pero con un modelo que incluya a sus agricultores, no que los excluya. Los consultores de Mckensey calculan que en el África subsahariana son necesarios 38.000 millones de euros al año para que el sistema agrícola funcione mejor. A pesar de todo, hay optimismo. “Ha llegado la hora de que la agricultura africana sea un catalizador del fin de la pobreza”, observa Makhtar Diop, vicepresidente del Banco Mundial para la región africana.
Esta institución cree que África podría ser uno de los principales exportadores del mundo de azúcar, maíz, soja, arroz y biodiésel y tener el mismo éxito que en su día tuvo América Latina o el sudeste asiático. También da su lista para el África subsahariana: aceites vegetales, grano para el ganado, horticultura, aves de corral y arroz. ¿Pero tiene capacidad de exportar quien aún no es capaz de alimentar a toda su población? La región es uno de los mayores consumidores e importadores del planeta de un grano tan básico como es el arroz. La mitad de lo que consume viene de fuera y los africanos pagan un precio muy alto por ello, unos 3.500 millones de dólares al año (2.578 millones de euros). África ha hecho un esfuerzo produciendo un 5% más (26,6 millones de toneladas en 2012) frente a 2011. Sin embargo, no es suficiente. También habrá 25 millones de hectáreas adicionales de maíz en 2013. Pero tampoco parece bastante. En Zambia este cereal proporciona ya la mitad de las calorías de la dieta de sus habitantes. Consumen 133 kilos de cereales cada año. Su dependencia es enorme. ¿Qué hacer? ¿Recurrir a cultivos genéticamente modificados y su propuesta de agricultura intensiva?
Carlos Vicente Alberto es responsable de Sostenibilidad en Europa y Oriente Próximo de Monsanto, el principal fabricante de semillas genéticamente alteradas del planeta y, también, una de las empresas con peor imagen del mundo. Él lo tiene claro: “Los cultivos modificados genéticamente pueden contribuir a incorporar tecnologías agrícolas más eficientes en el uso de los recursos (suelo, agua, energía). Es decir, más productivas y sostenibles”. Una visión rechazada de plano por los grupos ecologistas. Pero no solo por ellos. Antonio Hernández, socio de Internacionalización de KPMG, descarta algunas de esas ideas. “La agricultura intensiva a gran escala tiende a ser intensiva también en capital y no crea puestos de trabajo. A la vez desplaza a las personas. ¿Consecuencia? Pierden su empleo en la agricultura de subsistencia”, avisa. Sin que necesariamente obtengan un puesto de trabajo alternativo en la explotación agrícola intensiva.
Pocos dudan, como sostiene Mercy Wambui, de que “África necesita un milagro para impulsar su productividad agraria y equipararla al incremento de la población, pero hasta ahora no hay consenso en que el uso de las semillas biológicas sea la solución”.
Los cultivos modificados genéticamente ponen sobre la mesa la fragilidad de la agricultura en la región. Pese a todo, muchos economistas ven en el continente, y por ende en su potencial agrario, el último gran mercado del planeta. Además, cuenta con “la clase de consumidores que crece más rápido en todo el mundo”, sostiene Michael Lalor, director del Centro de Negocios de África en Johannesburgo de la auditora Ernst & Young. La aseveración lleva a una de las cuestiones más debatidas de África. ¿Está surgiendo una clase media real, en parte como respuesta a ese boom del consumo?
En abril del año 2011, el Banco Africano de Desarrollo publicó un controvertido trabajo (La Mitad de la pirámide: Dinámica de la clase media en África) donde definía a esa clase media africana como aquellos que tenían un consumo per cápita diario de entre dos y 20 dólares (1,5-14 euros). Con estos parámetros, les salían 313 millones de africanos. Claro que tuvo que admitir que el 60% de su recién descubierta clase gastaba entre dos y cuatro dólares al día (1,5-3 euros). Una “clase flotante”, dijo entonces, que se desplaza por encima del límite de la pobreza (menos de dos dólares diarios).
Por su parte, el Banco Mundial, al igual que algunas de las grandes consultoras del mundo, como Deloitte o McKinsey, admiten la existencia de esta clase media estimándola entre 200 y 300 millones de personas. Otros organismos, como la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, el club de los países más ricos del mundo), rebajan el entusiasmo a los 32 millones de personas. Aunque hay miradas más escépticas. El economista jefe para África del banco Citigroup, David Cowan, asegura que “no existe una clase media africana como tal. Hay una élite emergente y un grupo muy fuerte de consumidores, que está creciendo sin pausa”.
Sea cual sea la estimación más correcta, lo que parece innegable es que la emergencia de esta clase media tiene una repercusión directa sobre la agricultura. “Con mayores ingresos”, observa Sebastian Kahlfeld, gestor del fondo de inversión DWS Invest Africa, perteneciente a la entidad financiera Deutsche Bank, “la demanda de alimentos de más calidad crecerá de forma proporcional. De hecho, un mayor consumo de proteínas, primero con carne blanca y después roja, necesita más producción de piensos para la cría del ganado. Esto aumenta la presión dirigida a mejorar las condiciones de cultivo y de la agricultura en general”. ¿Será suficiente para llenar el granero de África y del mundo? En pocos años lo sabremos.