martes, 19 de junio de 2018

La deforestación de la Amazonia
losandes.com.ar

La tala que se produce en la Amazonia está llegando a límites preocupantes. Los investigadores advierten que se está en punto de no retorno.

La deforestación de la Amazonia


El mundo se encuentra convulsionado y son muchas y muy variadas las noticias que ganan las portadas de los principales medios de comunicación.

Los peligros de una confrontación nuclear entre Estados Unidos y Corea del Norte mantuvieron en vilo a gran parte del mundo, mientras alternativamente la atención se fue centrando en algunos hechos concretos, como Cuba y el nuevo presidente que no lleva el apellido Castro; las diferencias políticas en España o la continuidad de los problemas en Venezuela. En el plano de la economía, los argentinos nos encontramos a la cabeza de la atención general.

En ese marco, pareciera ser que uno de los graves problemas que está afectando al mundo, como es el calentamiento global va quedando en un segundo plano ya que, por ejemplo, muy poco se dice sobre la deforestación permanente que está sufriendo la Amazonia y que constituye un hecho global mucho más grave que los temas puntuales y coyunturales que nos marcan las agendas periodísticas.

Días pasados, Los Andes se hizo eco de una información que calificaba a la deforestación como una especie de cáncer que está afectando a la Amazonia peruana, destacando que en los últimos 15 años esa zona del mundo perdió casi dos millones de hectáreas de bosques, lo que equivaldría a unas 123 mil hectáreas menos cada año.

Atribuye la situación a nuevas actividades que se desarrollan en la región, tales como la agricultura, la ganadería, la tala ilegal de árboles, la minería ilegal y el narcotráfico y asegura que si no se toman decisiones en concreto la deforestación podría alcanzar las 300 a 400 mil hectáreas por año.

Los expertos aseguran además que en 2015 Perú tenía 69 millones de bosques tropicales, los que permitían absorber el carbono del medio ambiente, uno de los principales causantes del calentamiento global.

Otros dos investigadores de primer nivel internacional ampliaron los estudios hacia toda la región, quienes advirtieron que "la Amazonia está acercándose a su punto de no retorno", expresando que en los últimos 50 años la deforestación ha acabado con el 17% de la selva y asegurando que "en caso de llegar al 20%, lo más probable es que ese gran bosque deje de ser sostenible".

En una de sus publicaciones, advierten que si el clima cambia por la deforestación o el calentamiento global, existe el riesgo de que “la selva amazónica derive en un paisaje degradado, de baja biodiversidad, tipo sabana".

Destacan que de continuar la situación resultará difícil que el Amazonas siga cumpliendo su ciclo hidrológico, lo que puede traducirse en una fuerte disminución de lluvias, situación que afectará al sur de Paraguay, sur de Brasil, Uruguay y el centro oriente de la Argentina. Toman como base las fuertes sequías que ha afrontado Brasil en la última década, lo que sumado a las graves inundaciones entre 2009 y 2012, "muestran que el sistema está cambiando por completo".

Otra de las preocupaciones de los expertos se centra en el hecho de que los países involucrados han manifestado su preocupación por lo que está sucediendo pero no adoptan medidas concretas para terminar con el problema y a modo de ejemplo señalan lo que ocurre con Colombia, donde el ministro de Ambiente confesó que la intención es cumplir la meta cero de deforestación, "pero para 2020 será imposible, porque allí se centra el 70% de la tala en el país", por lo que propuso extender el plazo de dos o cinco años más.

Los países mencionados, incluyendo la Argentina, tienen la obligación de iniciar acciones concretas tendientes a terminar con el flagelo de la tala indiscriminada en el Amazonas. Que no pueden concentrarse sólo en pedidos de "buena voluntad", sino en llegar a hechos concretos que eviten que el beneficio de unos pocos (los que generan la deforestación) vaya en detrimento de toda la humanidad.