jueves, 7 de septiembre de 2017

El colosal asteroide Florence no vino solo
abc.es

El pasado viernes, 1 de septiembre, un colosal asteroide de 4,5 km de longitud, la mitad del monte Everest, pasó cerca de la Tierra a una distancia segura de 7 millones de km, 18 veces la que hay entre la Tierra y la Luna. 3122 Florence, clasificado como potencialmente peligroso, se convertía así en la roca espacial más grande que nos ha visitado en más de un siglo, desde que la NASA tiene registros. Pero además, los científicos que siguieron atentamente su trayectoria se llevaron una sorpresa. Imágenes de radar del complejo de comunicaciones espaciales de Goldstone en California han descubierto que el asteroide tiene dos lunas pequeñas.

El asteroide 3122 Florence y sus dos lunas recién descubiertas


Hasta la fecha, se han localizado más de 16.400 asteroides en las inmediaciones de nuestro planeta, y de sistema triple solo hay tres (todos descubiertos por radar), por lo que Florence es realmente una rareza. No se había visto un trío así desde junio de 2009, cuando se avistó la roca 1994 CC.

Los tamaños de las dos lunas de Florence aún no son bien conocidos, pero probablemente se encuentran entre los 100 y 300 metros de diámetro. La luna interior parece tardar unas ocho horas en girar alrededor del asteroide, y a la exterior la misma tarea le lleva entre 22 y 27. Precisamente, la luna interior del sistema tiene el período orbital más corto de cualquiera de las lunas de los 60 asteroides cercanos a la Tierra conocidos por tener compañía. En las imágenes de radar Goldstone, que tienen una resolución de 75 metros, las lunas tienen sólo unos pocos píxeles de extensión y no revelan ningún detalle.

Redondo y con cresta

Las imágenes del radar también han permitido a los astrónomos hacerse una idea de cómo es el propio Florence. Aunque el asteroide es bastante redondo, tiene una cresta a lo largo de su ecuador, al menos un gran cráter, dos grandes regiones planas, y otras numerosas características topográficas a pequeña escala, según informa el Centro de Objetos Cercanos a la Tierra (CNEOS), del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA. Las imágenes también confirman que Florence gira una vez cada 2,4 horas, un resultado que se determinó previamente a partir de mediciones ópticas de las variaciones de su brillo.

Florence realizó su máximo acercamiento a la Tierra el 1 de septiembre y luego comenzó a alejarse lentamente de nuestro planeta. El pausado encuentro ha supuesto una gran oportunidad para que los astrónomos investiguen el cuerpo con los grandes equipos de radar de Goldstone y el Observatorio Arecibo en Puerto Rico.