lunes, 20 de octubre de 2014

La desaparición de las abejas amenaza el 70% de cultivos para consumo humano

sociedad.elpais.com
El beneficio económico en España de los insectos polinizadores es de 2.400 millones de euros
La polinización peligra por el declive de las abejas silvestres

Casi tres cuartas partes de los cultivos para consumo humano españoles dependen de la polinización que realizan los insectos. Y el declive de la población de abejas y de otros polinizadores, según un estudio presentado hoy en Barcelona por Greenpeace, pone en peligro la producción de alimentos como kiwis, calabazas, melones, sandías, calabacines, manzanas, melocotones o almendras. Estos son algunos de los cultivos más dependientes de la polinización de los insectos y, por este motivo, la entidad ecologista alerta de que, en algunos casos, su producción podría caer hasta un 90% e, incluso, llegar a desaparecer.
En el estudio de Greenpeace se pone de relieve la importancia que los insectos polinizadores tienen para el sector agrícola. La entidad calcula que el valor económico de este "trabajo gratis" supera los 2.400 millones de euros, según datos del 2011. La ONG ha calculado esta cifra en base al mismo modelo que utiliza la Organización de las Naciones Unidas para Alimentación y la Agricultura (FAO). Un método que toma el valor total de un cultivo (que depende del precio del productor y de la producción) y la parte de este que es responsabilidad de la polinización por insectos; "un valor conservador", asegura la ONG. Esta herramienta de la FAO solo incluye cultivos para consumo directo y excluye los forrajeros; prados y praderas, y huertos familiares. Por comunidades autónomas, el trabajo de los insectos en Andalucía, con 878 millones de euros, fue el que tuvo un valor económico superior. Le siguieron Cataluña (321); Murcia (249); Aragón (194) y Extremadura (183).
La entidad ecologista relaciona la alta tasa de mortalidad de la población de abejas con, especialmente, el uso de productos fitosanitarios y, "paradójicamente, a la agricultura tradicional". Greenpeace alerta de que en España el uso de pesticidas aumentó un 56% entre 1990 y 2010. Asimismo, la ONG pide que se prohíban 319 productos fitosanitarios que el propio Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente califica  como “muy peligrosos”, “peligrosos” o incluso “alta peligrosidad” para las abejas. Asimismo, Greenpeace ha advertido esta mañana del peligro que supone para la agricultura la instalación en varios puntos de España de la avispa asiática, un insecto llegado de China que basa parte de su dieta en abejas locales.Pero este "trabajo" de los insectos, y en especial de las abejas, está amenzado. El sector apícola denuncia que la mortalidad de abejas se sitúa entre el 20% y 40% en el conjunto de España y, en el caso de Galicia, el 56% de las colonias de abejas han desaparecido desde el año 2000. Un caso similar es el de las mariposas, que también llevan a cabo la polinización, ya que su población se ha visto reducida a la mitad en 20 años. Greenpeace ha advertido que es necesario tomar decisiones respecto a este problema, ya que "de ello dependen las generaciones futuras".
La organización urge a los gobiernos el desarrollo de un plan integral de acción para proteger a las abejas melíferas y demás polinizadores, y establecer una hoja de ruta para que, en 2050, el 100% de los cultivos españoles sean ecológicos. Para empezar, la entidad propone ampliar a 7,6 millones las hectáreas destinadas al cultivo ecológico en España, lo que supondría un 30% del territorio agrícola.
La organización ha recordado que, a pesar de que la polinización es una actividad que pasa "muy desapercibida", su función es "fundamental", ya que de ella depende un tercio de la alimentación mundial. Greenpeace afirma que España "tendría que ser el principal defensor de estas especies", ya que es una de las más importantes economías agrícolas de Europa y en la que hay un mayor número de apicultores.
El sector español más afectado por la reducción de la población de abejas es, según la entidad, el de los frutos secos, seguido por el frutícola y el hortícola. Especialmente grave es el caso de la industria de la almendra en España, que es la segunda del mundo, ya que su supervivencia depende en un 90% de la polinización.