jueves, 15 de septiembre de 2016

Arrecifes: buenas noticias sobre los corales
losandes.com.ar

Islas Salomón, partes de Indonesia, Papúa Nueva Guinea y Kiribati son los puntos que esperanzan, según el estudio de un equipo que realizó más de 6.000 sondeos en arrecifes de 46 países.

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Pese al grado inusitado de blanqueamiento de coral en todo el mundo, un nuevo estudio importante también ha encontrado “puntos vivos” donde a los corales les está yendo significativamente mejor de lo esperado. Y la causa de la mejoría es simple: se reduce al grado en que la gente pesca en los arrecifes de coral.

Este resultado tiene implicancias importantes para la forma de proteger a los arrecifes, dice Jack Kittinger (de Conservación Internacional), uno de los autores del estudio.

“A la fecha, gran parte de la conservación de arrecifes se ha enfocado en proteger arrecifes prístinos en áreas marinas protegidas, pero estamos encontrando que eso no basta”, señala Kittinger. “También tenemos que pensar en las conexiones con los mercados mundiales”, considera.

El nuevo estudio fue publicado en Nature el 15 de junio y fue escrito por 39 científicos de 34 instituciones, desde universidades y grupos de conservación hasta la Iniciativa Mares Prístinos de la National Geographic.

El informe fue presentado en tiempo para elevar la conciencia antes del Simposio Internacional de Arrecifes de Coral, un evento que se celebra cada cuatro años y que reúne a los principales científicos, que se celebró en Hawai del 19 al 24 de junio.

Los arrecifes de coral cada vez resultan más dañados por el aumento de las temperaturas y del nivel del mar producto del cambio climático. Lo que este año empeora las cosas es un mar más cálido, gracias al fenómeno cíclico de El Niño. Y la sobreexplotación de peces puede ser la gota que derrama el vaso de agua.

Por otro lado, los arrecifes que son manejados más sustentablemente tienen más probabilidad de ajustarse a los efectos del cambio climático con el tiempo, considera Kittinger.


Anatomía de un punto vivo

Para entender mejor estos impactos a detalle, el equipo condujo más de 6.000 sondeos en arrecifes de 46 países. Los científicos encontraron que las áreas que registraron la mayor pesca para el mercado global mostraron la pérdida más grande de peces y otras especies y, por tanto, el peor deterioro.

Estos arrecifes desnudos (situados en 35 “puntos negros”) tendieron a estar diseminados por todo el mundo, pero incluyen muchos ejemplos en El Caribe, frente a África y partes pobladas cercanas del Indo Pacífico.

Por otra parte, los arrecifes que experimentaron usos más sustentables estaban en mejor forma, resultando en 15 “puntos vivos”. Éstos fueron comunes en Islas Salomón, partes de Indonesia, Papúa Nueva Guinea y Kiribati.

Lo que es más, los equipos trabajaron en los puntos vivos identificados y encontraron algunos patrones claros, incluyendo una sorpresa importante. Uno de los más importantes fue que las áreas con derechos de explotación tradicionales tendieron a ser las más sanas. Este sistema permite que la gente local explote peces e invertebrados, pero se lo prohíbe a la gente de afuera. Los beneficios fueron más pronunciados cuando la gente dependía más de este recurso como medio de vida.

“Pensábamos que era contraintuitivo”, subraya Kittinger. “Esperaríamos que una alta dependencia en los arrecifes significaría alta explotación y, por tanto, un punto negro, pero encontramos que se verifica lo contrario. Lo que vimos es que la gente que depende de los arrecifes tiende a administrar mejor, tal vez porque si acaban con ese recurso realmente se meten en problemas”, explica.

Por otro lado, las áreas en las que los pescadores pueden arribar de todas partes tendieron a sufrir de “la tragedia de los comunes”.

Similarmente, áreas con manejo laxo de la pesca tendieron a ver más daño en los arrecifes que las áreas con mejor supervisión.

La conexión entre peces y arrecifes es inextricable, señala Kittinger. Los peces mantienen controladas las algas alimentándose constantemente con su crecimiento. Si la gente elimina demasiados peces, las algas se vuelven muy gruesas y sofocan los corales.

Otro factor que tendió a verse en los puntos vivos es una reserva de agua profunda cerca de los arrecifes, donde los peces podían crecer y tener más probabilidad de eludir su captura.


¿Salvando más arrecifes?

A partir de ahora, los gobiernos deberían regular los mercados para fomentar un mejor manejo del océano, sostienen los autores. Las compañías y los consumidores también pueden jugar un papel demandando mariscos más sustentables, rechazando la pesca pirata no regulada e insistiendo con que se respeten los derechos de la gente local.

“La conservación de arrecifes puede ser deprimente, por lo que fue fantástico haber encontrado algunas semillas de éxito donde las cosas están funcionando”, precisa Kittinger. “Tenemos que redoblarlas”, considera.

Pero dado el rápido deterioro de los arrecifes de coral en el mundo, “realmente no tenemos mucho tiempo para corregirlo”, agrega.