jueves, 24 de diciembre de 2015

Navidad: tiempo de unidad
lanacion.com.ar
La llegada de las Fiestas debe movilizarnos internamente para superar los desencuentros y la intolerancia, en pos del bien común

Uno de los afiches de Cáritas que nos convocan a superar la exclusión


Es tiempo de reconciliación, de encuentro, de recuerdo a quienes ya no están físicamente cerca de nosotros y de compartir con quienes nos acompañan en el camino de la vida. Es momento de dejar atrás la ambición y la mezquindad de quienes buscan dividir e imponer grietas. Un nuevo tiempo se alza y nos propone la unión y la concordia. Entre amigos, familiares y compañeros de trabajo, como compatriotas, es buen momento para dejar atrás el enfrentamiento y encaminarnos mancomunadamente hacia un futuro mejor. Las dolientes heridas de la división deben empezar a sanar.

En un clima tradicionalmente festivo, Jorge Fernández Díaz reseñaba días pasados en la nación escenas de agresión y enfrentamiento en el marco de una batalla social que circunscribía principalmente a la clase media. Está claro que son muchos aún los que sólo persiguen la discordia en el marco de los refrescantes aires de una nueva etapa. Pero ¿cuánto tiempo podrían tardar en llamarse a silencio si no encuentran una caja de resonancia en la sociedad? Su abandono de las filas del odio, con el correr de los días,dependerá en mucho del comportamiento de los pacíficos y del ejemplo de los líderes.

Días pasados, el flamante presidente de la Nación, Mauricio Macri, encendió en forma privada la cuarta vela de Janucá, Fiesta de las Luminarias para la tradición judía, que, según el año, acontece en fechas cercanas a la Navidad, y fue la vicepresidenta Gabriela Michetti quien prendió en el Salón de los Líderes Latinoamericanos de la Casa Rosada, por primera vez, la octava y última, símbolo de la luz que necesitamos en nuestros corazones para transitar un período de renovación, diálogo y hermandad entre todos los argentinos, sin distinción de credos ni banderías políticas.

Fue también una luz, la de la estrella de Belén, la que guiaba hacia el humilde retablo en el que nacía el Dios hecho hombre que proclama la cristiandad. Luces que orientan e iluminan para poner todo en la debida perspectiva, pues, lejos de ser observadores, nuestro país nos llama a comprometer mayor protagonismo. Al decir del papa Francisco, la esperanza debe ser activa. "Compartir en Navidad multiplica la esperanza" es el eslogan de la campaña de Cáritas que,hasta el 6 de enero, nos invita a colaborar para ayudar a quienes sufren soledad, exclusión, desamparo, abandono y pobreza (www.caritas.org.ar/Navidad_2015.htm), contribuyendo desde lo material, pero entregando también nuestro tiempo y esfuerzo para aliviar la pesada carga de los más afligidos con un corazón generoso y fraterno.

Es de desear que la Noche de Paz no sea sólo una consigna para pocos. Como sociedad enfrentamos el enorme desafío de superar la confrontación, la intolerancia y el afán individualista. Cabe esperar para las familias argentinas que el Dios de todos nos ilumine en estas Fiestas y nos acompañe en el esfuerzo por construir el bien común.

¡Janucá Sameaj! ¡Feliz Navidad!