viernes, 28 de noviembre de 2014

Crisis en Sudán del Sur
fao.org
Más de 1,5 millones de personas se han visto desplazadas por la violencia en Sudán del Sur desde mediados de diciembre, incluyendo alrededor de 378 000 personas que se han refugiado en los países vecinos. La firma de un acuerdo de paz entre las partes en conflicto el pasado 9 de mayo hizo surgir la esperanza de un retorno a la estabilidad, sin embargo, la situación sigue siendo tensa, con enfrentamientos esporádicos concentrados en los estados de Unity, Alto Nilo y Jonglei.
La inseguridad alimentaria afecta a alrededor de un tercio de los sursudaneses y los últimos análisis de la Clasificación Integrada de la Fase de Seguridad Alimentaria (CIF), realizados en mayo de 2014, indican que la seguridad alimentaria se ha deteriorado a un ritmo alarmante desde el estallido del conflicto. Tres millones y medio de personas se enfrentan ahora a niveles de crisis o de emergencia de inseguridad alimentaria y el riesgo de que se produzca una hambruna más adelante este mismo año debe tomarse ya en consideración.
A pesar de las restricciones continuas al acceso a la ayuda humanitaria, la FAO está ampliando sus operaciones para cumplir con el doble desafío de responder a las necesidades urgentes provocadas por la crisis actual, sin abandonar los programas vitales de apoyo y protección de los medios de subsistencia en los estados menos afectados. Con el comienzo de la temporada de lluvias (a partir de marzo y en su momento álgido en junio), no hay tiempo para preposicionar suministros en puntos estratégicos antes de que las lluvias dejen aisladas extensas zonas del país.
Existen señales de una grave crisis de seguridad alimentaria inminente mientras las reservas de alimentos se agotan en las zonas aisladas por el conflicto y los mercados en Juba y otras ciudades ven dispararse los precios de alimentos básicos como el sorgo y se quedan sin productos esenciales como la leche en polvo o el azúcar. El abandono y el saqueo de los activos necesarios para la subsistencia, los ciclos agrícolas interrumpidos, las restricciones de acceso a las ayudas, el colapso de los mercados locales, la interrupción de los corredores suministro de productos básicos y el riesgo de una temporada de siembra perdida (marzo-julio), hacen temer que empeore la disponibilidad y que existan problemas de acceso a los alimentos lo largo de 2014 y en 2015.
En los estados más afectados (Alto Nilo, Jonglei, Unity y Equatoria Central y Oriental), la FAO se centra en la distribución de material de subsistencia de emergencia (incluyendo semillas de hortalizas y cultivos nutritivos y herramientas de bajo impacto), mientras que en los estados más tranquilos (Bahr el-Ghazal Septentrional y Occidental, Warrap y Lakes), la FAO se centrará en la protección y fomento de la producción alimentaria mejorando la disponibilidad local de semillas y materiales de siembra de calidad y facilitando la transferencia de tecnología a través de las Escuelas de campo para agricultores.
Las comunidades ribereñas, en particular las personas desplazadas internamente (PDI) que puedan hacer frente a nuevos desplazamientos debido a las inundaciones asociadas a la temporada de lluvias, se beneficiarán especialmente del suministro por la FAO de material de pesca (torzal, redes, etc) para facilitar la captura, almacenamiento y comercialización de pescado. Entre las poblaciones de desplazados internos y comunidades de acogida se promoverán los huertos urbanos y el uso de bonos para vincular a los pequeños productores de hortalizas, lácteos y pescado con las personas nutricionalmente vulnerables.
El riesgo de brotes de enfermedades del ganado se ha visto acrecentado por el conflicto, ya que la cadena del frío para el almacenamiento y distribución de vacunas ha resultado muy afectada por los saqueos y la falta de mantenimiento, y porque los movimientos no habituales de ganado conducen a la mezcla de rebaños vacunados y no vacunados. Estos desplazamientos y concentraciones inusuales de los animales suponen igualmente el riesgo de que empeoren las tensiones entre las comunidades pastoriles y agrícolas, al tiempo que hacen aumentar la preocupación por el aumento de los robos de ganado.
La FAO está distribuyendo vacunas y productos veterinarios para permitir rápidas campañas de vacunación preventivas, mientras que equipan/reequipan y capacitan a los trabajadores comunitarios de salud animal para ofrecer cuidados veterinarios básicos a los rebaños que se desplazan. Las distribuciones están en curso y la FAO asegura que las poblaciones afectadas por el conflicto tienen lo necesario para cultivar, pescar y proteger a su ganado. En virtud del Plan revisado de respuesta a la crisis de Sudán del Sur (junio-diciembre de 2014) de la ONU y sus socios, la FAO busca 108 millones de dólares EEUU para proporcionar ayuda urgente a alrededor de 3,3 millones de personas. Otras 150 000 familias reciben apoyo por medio de los recursos disponibles de la FAO.
El Programa de respuesta de la FAO ha sido posible gracias al generoso apoyo de los Gobiernos de Bélgica, Canadá, Dinamarca, Noruega, el Reino Unido, los Estados Unidos, el Fondo Fiduciario de solidaridad con África, la ayuda humanitaria de la Unión Europea (ECHO), el Fondo Humanitario Común de las Naciones Unidas y fondos adicionales de financiación no condicionada de la FAO.