jueves, 21 de enero de 2016

Invasión verde: el día en que el Río de la Plata se pobló de camalotes
lanacion.com.ar
Como consecuencia de las crecidas en el Litoral, el fenómeno llegó ayer a la costanera porteña y a localidades del norte del conurbano; entre la vegetación, hallaron diversos insectos


PUERTO MADERO. Un catamarán atraviesa los camalotes en el Río de la Plata

Norte a Sur, las márgenes del Río de la Plata se tiñeron de verde. Desde entrada la madrugada de ayer, una invasión de millones de camalotes transformó al agua: dejó de lado su color amarronado para convertirse en un césped flotante. El fenómeno se da como consecuencia de las inundaciones en el Litoral y el gran aumento registrado en el caudal de los ríos. Todo comenzó cuatro días atrás, en la localidad de Quilmes, y con el correr de las horas el manto vegetal se fue dispersando hacia la costanera porteña, hasta extenderse también a las localidades del norte del conurbano.

Las autoridades sanitarias permanecían en alerta. Por el simple proceso natural de comportamiento de este tipo de vegetación no es extraño que, al igual que ocurrió en la costanera de Quilmes, estos hábitats móviles traigan consigo diversos insectos y alimañas.

Así, por encargo del Ministerio de Ambiente porteño, un grupo de biólogos de la Reserva Ecológica Costanera Sur hizo un primer relevamiento de las especies halladas: la mayoría de los "viajeros" eran insectos como grillos y langostas, chinches acuáticas, escarabajos acuáticos y terrestres, y orugas de mariposa, a los que se sumaron una gran cantidad de arañas de diversas familias y especies.

Desde bien temprano a la mañana, los transeúntes y automovilistas que circulaban por la avenida costanera, frente al aeroparque metropolitano Jorge Newbery, no podían evitar detenerse unos instantes para observar el fenómeno natural: parte del río parecía una alfombra verde. Las plantas acuáticas se mecían suavemente al ritmo de la corriente.De acuerdo con el informe al que accedió LA NACION, no se observaron serpientes de ningún tipo. Pero los especialistas advirtieron que dada la importante extensión que cubre el camalotal y el arribo constante de nuevas plantas acuáticas no se puede descartar con seguridad la presencia de estos animales.

La postal del Parque Náutico de la ciudad bonaerense de San Fernando, a la vera del río Luján, también se volvió surrealista ayer al mediodía. Decenas de embarcaciones flotaban... pero sobre el césped. Prácticamente no se identificaba el río. "Desde el fin de semana se veían camalotes, pero hoy a la mañana [por ayer] explotó. Evidentemente, hubo un cambio en el viento y un aumento en el nivel del agua", contó a LA NACION Rubén Vidal, subgerente del predio.

Los barcos estaban rodeados por plantas, por lo que para ponerlos en marcha hacía falta, primero, encender el motor a muchas revoluciones. Luego, bastaba con navegar con tranquilidad para que el simple paso de las lanchas y veleros rompiera con la formación de plantas. Vidal indicó que aún no habían detectado serpientes, pero aclaró que no le asombraría que en algún momento aparecieran.

Los camalotes no se perdieron ningún recoveco en su larga travesía desde el Litoral. También llegaron a los amarraderos en el exclusivo barrio de Puerto Madero.

"Por ahora no se detectó la presencia de víboras ni hemos recibido algún llamado que denunciara haberlas visto en esa zona", indicaron a LA NACION fuentes del Ministerio de Ambiente y Espacio Público de la ciudad. Tampoco Defensa Civil había sido alertada, agregaron desde ese organismo.

A través de las redes sociales, los sorprendidos espectadores reportaron la presencia de estas plantas en Tigre, Olivos y Berisso, entre otras localidades.

Los biólogos consultados coincidieron en que este "fenómeno verde" se da de manera natural en los ríos, sobre todo en la zona litoraleña. "Estos cursos de agua son corredores biológicos. Esta vez, como otras tantas, las plantas acuáticas llegaron acá porque creció exponencialmente el caudal de los ríos Paraná y Uruguay, debido a las últimas lluvias, que provocaron inundaciones", explicó el biólogo Gabriel Giacobone.

Los camalotes se desprendieron de las zonas ribereñas, se reprodujeron aún más por las condiciones de calor y se ensamblaron para "protegerse". Así, circularon por los afluentes con la inevitable compañía de la fauna autóctona: arañas, insectos, víboras, coipos, nutrias y reptiles.

Para los especialistas es difícil determinar cuándo las plantas acuáticas se retirarán de las márgenes del río. Eso depende de ciertas condiciones climáticas. "Con el frío no sobreviven. También hay algunos animales enemigos", dijo Giacobone.

Andrea Michelson, coordinadora de áreas protegidas de la Fundación Vida Silvestre, explicó que los camalotes podrían pudrirse si no lograran adaptarse al nuevo hábitat o, en caso de que ocurriera un cambio climático significativo, se podrían dispersar aguas adentro. "La vegetación puede estar conformada por varias especies, pero lo más probable es que sea del género Eichhornia crassipes", agregó.

Esas plantas acuáticas son inofensivas, pero el riesgo que se corría era que obstruyeran las salidas de los arroyos entubados Maldonado y Ugarteche, ubicados entre Punta Carrasco y el Club de Pescadores, a metros del Aeroparque.

Por ello, el gobierno de la ciudad dispuso desde temprano un operativo especial de limpieza para quitar la vegetación acuática que pudiera entorpecer la salida de los afluentes. Una dragadora estuvo trabajando para quitar los camalotes de la superficie del río.

En Ensenada, cerca de La Plata, el municipio también debió implementar un operativo de limpieza de las costas de Punta Lara ante la llegada de camalotes.

Sigue la alerta en Quilmes

El acceso a la costa de Quilmes sigue restringido y también está prohibido bañarse en sus aguas. Los animales que llegaron sobre los camalotes por las inundaciones en el Litoral y la crecida del río Uruguay mantienen a ese municipio en alerta. A pesar de la aparición de culebras, yararás, arañas, anguilas, lagartos y nutrias, los vecinos y turistas quieren refrescarse en esas aguas o encontrar alguno de esos animales.

Los lagartos y las nutrias seguirán apareciendo por varios meses. "No podemos evitar que los animales lleguen a la costa, pero sí que las personas se acerquen y los toquen", explicó la secretaria de Salud del municipio, Elizabeth Barbis. A pesar de la alerta, no llegó ningún paciente con picaduras de estos animales al Hospital Zonal General de Agudos Dr. Isidoro G. Iriarte. Los animales capturados son trasladados a la Estación de Cría de Animales Silvestres.