domingo, 22 de septiembre de 2013

La hipoteca que dejará al país la manipulación del INDEC

POR ISMAEL BERMÚDEZ | clarin 

En octubre, el Gobierno lanzaría un nuevo IPC. Sin embargo, las secuelas del fraude serán difíciles de borrar.

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El Gobierno quiere despedir en octubre al desprestigiado, vilipendiado y manipulado IPC de Capital y GBA y reemplazarlo por un nuevo Índice de alcance nacional, bautizado IPCNu. La partida del que será el “viejo” IPC deja, sin embargo, un gran hipoteca. Del nuevo índice no se sabe nada, solo que fue elaborado y va a ser puesto en marcha por los mismos funcionarios que desde diciembre de 2006 manipularon las mediciones de inflación. Y que el objetivo del nuevo IPC es hacer una especie de “borrón y cuenta nueva”. Finalmente, el actual IPC es tan poco confiable que no es tomado en cuenta por ningún sector de la sociedad a la hora de discutir salarios o contratos salvo por el Gobierno para “dibujar”, por ejemplo, el Presupuesto Nacional.
No obstante, la eliminación del “truchado” IPC deja una enorme hipoteca. En lo inmediato, la friolera de US$ 4.000 millones que habrá que pagar en 2014 por el cupón PBI simplemente porque al subestimar la inflación, el INDEC sobreestimó el crecimiento de la economía de 2013 y eso dispara un “premio” a los acreedores privados -incluidos fondos buitres-de esa magnitud. Y posiblemente otros US$ 5.000 millones en 2015 por el “arrastre estadístico”.
El IPC “trucho” deja también como hipoteca el desprestigio de todas las estadísticas oficiales que se vinculan a la medición de la inflación y un enorme bache de 2006 en adelante sobre la evolución económica y social de la Argentina.
La manipulación del IPC contaminó decenas de otras estadísticas, como el valor de la canasta básica y del salario mínimo, indigencia, pobreza, PBI, consumo, inversión, poder adquisitivo del salario y tipo de cambio real. Y alimentó las expectativas de una mayor inflación porque, ante la ausencia de un índice respetado, cada sector remarcó precios o negoció salarios con sus propias estimaciones.
La mentira del INDEC puso en duda otros informes del Gobierno y al propio Gobierno, por ser el responsable y el sostén político de la intervención al instituto.
Para los estudiosos, el IPC “trucho” deja un enorme agujero para el análisis. Ya lo dijeron en 2010 los docentes de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA: “no es posible considerar al IPC elaborado por el INDEC como una medida fiable del nivel agregado de los precios del consumo, ni como un indicador adecuado para emplear como deflactor a efectos de estimar variables como el tipo real de cambio o el salario real o los niveles de pobreza”.
Con el IPC “trucho”, el periodo post-2006 fue maravilloso porque la inflación fue baja, los salarios altos, el consumo en ascenso, la pobreza en descenso, la indigencia casi erradicada, una “realidad” o un dibujo propio del relato oficial.
Con las mediciones alternativas, como “IPC Congreso” o las Provinciales, los salarios fueron detrás de la inflación, no bajaron ni la pobreza ni la indigencia, en promedio el crecimiento fue 2 puntos menor y el valor oficial del dólar está atrasado.
La hipoteca también llegó al plano internacional porque, en sus informes, todas las entidades aclaraban que las mediciones oficiales de la Argentina estaban cuestionadas y consignaban los datos del INDEC y de las mediciones alternativas.
Finalmente, un gobierno que se autoproclama “nacional y popular” tuvo que pedir la “colaboración técnica” y presentarle al FMI el nuevo PCNu para no ser sancionado por ese organismo.

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