jueves, 21 de diciembre de 2017

Un mundo que se calienta está provocando cada vez más incendios forestales
elespectador.com

Los incendios que esta semana se presentaron en California y Siberia, y que han arrasado cada uno con casi 10.000 hectáreas de bosque, son causados por el cambio climático, según científicos.




Los incendios forestales son un fenómeno natural. Pero el número de incendios que se viene presentando en el mundo no lo es, y el cambio climático es el factor que los explica. "La evidencia es cada vez más abrumadora", dice Mike Flannigan a la revista Yale360. Es director del departamento de incendios forestales de la Universidad de Alberta, en Canadá, donde se presentaron 1.000 incendios en el curso de julio de este año, 10 veces más que el promedio. De acuerdo con él, el cambio climático está propagando incendios en todo el mundo.

A nivel mundial, la duración de la temporada de clima de fuego aumentó en casi un 19% entre 1978 y 2013, gracias a las estaciones más largas de clima cálido y seco en una cuarta parte de los bosques del planeta. En el oeste de los Estados Unidos, por ejemplo, la temporada de incendios forestales ha aumentado de cinco meses en la década de 1970 a siete meses en la actualidad. A la par, según el Panel Intergubernamental de Cambio Climático, la temperatura global ha aumentado 1.4°C en los últimos 100 años, y las predicciones advierten sobre un aumento de hasta 4°C para 2100.

Sin embargo, hacer una relación causa-efecto entre incendios forestales y cambio climático aún es motivo de disputa. De acuerdo con Yale 360, la ciencia de la atribución del clima ha crecido a pasos agigantados en las últimas décadas. Los incendios forestales individuales todavía están cerca de la parte inferior de la lista de cosas que pueden vincularse fácilmente a un clima cambiante, gracias a todos los otros factores en la mezcla, por ejemplo, la descomposición de los bosques en trozos más pequeños a través de la tala o la agricultura; o el hecho de que algunos árboles arden más rápido que otros (los árboles más jóvenes son más verdes, por lo que se queman más lentamente); o el paso de un año particularmente lluvioso que aumenta el riesgo de incendio si la lluvia llega en primavera, al aumentar el volumen de vegetación disponible para quemar más adelante.

Todo lo anterior hace difícil determinar la causa de un incendio. Sin embargo, hay un vínculo innegable: a mayor temperatura, mayor cantidad y voracidad en los incendios forestales. Como explicó a Yale 360 el geógrafo de la Universidad de Swansea en Gales y editor en jefe del International Journal of Wildland Fire, Stefan Doerr, el aire caliente contiene más agua. A medida que sube la temperatura del aire, absorbe más humedad de la vegetación, que a su vez se seca y quema más fácil.

De acuerdo con el geógrafo, las temperaturas más cálidas también provocan más rayos, lo que también aumenta el riesgo de incendios, y entre más caluroso sea el mundo, más viento hay, lo que esparce las llamas de manera más dramática. Según sus cálculos, cada grado de calentamiento aumenta los incendios forestales en un 12% en todo el mundo.

Según Yale 360, el año pasado, John Abatzoglou de la Universidad de Idaho publicó un documento que mostraba que el calentamiento causado por los humanos desde la década de 1970 ha sido responsable de aproximadamente la mitad del aumento de la sequedad de los bosques occidentales de EE. UU. "La forma en que lo vemos, cómo los combustibles secos explican las tres cuartas partes de la variabilidad de un año a otro [en los incendios]". En ese orden de ideas, el cambio climático es culpa de duplicar el área que ardió en el oeste de EE. UU. entre 1984-2015, agregando un adicional de 10 millones de acres de árboles carbonizados.

Incluso, el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático, en 2014, advierte sobre la relación ebtre cambio climático e incendios en tres áreas: Alaska, el Mediterano y África Oriental. Según la investigación, las conclusiones pueden ser conservadoras.

Arde California, arde Siberia

En California, el Thomas Fire ya está clasificado como el tercer incendio más fuerte que ha visto ese estado desde 1932. De acuerdo con Telesur, el incendio que podría convertirse en el más grande de la historia, y que inició el 4 de diciembre en el condado de Ventura, ya ha calcinado 98.000 hectáreas al sur de California, tiene unas 18.000 casas en alerta y ha causado 100.000 evacuados y dos muertos.

Siberia no se queda atrás. Están viviendo los peores incendios en 10.000 años dado el aumento de temperaturas en la región, según el Siberian Times. Según un artículo en IOP Science, citado por ese diario, el nuevo clima podría estar cambiando la manera en la que los árboles crecen en el paisaje siberiano, como los pinos, que son algo más resistentes a los incendios porque se queman más lento. En países tropicales como Colombia, el riesgo de incendios sigue presente pero disminuye gracias a la posibilidad de precipitaciones.

Los incendios no solo tienen efecto en la vegetación. También significan más dióxido de carbono emitido en la atmósfera a la par que se queman los árboles y la vegetación, más humo que eventualmente causa neumonía y enfermedades del corazón, más químicos que retardan la combustión en el paisaje, entre otros.