domingo, 17 de noviembre de 2013

Fotografías aéreas de alta precisión alertan el desgaste de los glaciares
elcomercio.com
Proceso de cartografía.  Daniel Pinto, del IGM,  por medio de gafas y un 'mouse' 3D, analiza las ­coordenadas de una fotografía aérea. Patricio Terán / EL COMERCIO
ANDREA GORDÓN. REDACTORA  Es un vehículo aéreo-radar. Viajó en un avión de la NASA y durante un mes observó zonas ecuatorianas para determinar riesgos volcánicos y verificar la reducción de glaciares. Algo similar hizo en ­Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica y Perú.
El vehículo aéreo es una tecnología avanzada para estas tareas. Usa una técnica llamada interferometría, que envía pulsos de energía de microondas desde el sensor (en la nave) al suelo. Con esta técnica se detecta y mide los cambios más sutiles en la superficie de la Tierra, como los causados por terremotos, volcanes y movimientos glaciares. En Ecuador también se aplica tecnología avanzada para monitorear a estos últimos. Por ejemplo, el Instituto Geográfico Militar (IGM), del Ministerio de Defensa, lo hace por fotografías aéreas que después son analizadas en 3D. 
La tarea está a cargo de ingenieros geógrafos y para ello usan 'mouses' especiales y gafas que permiten ver la profundidad de quebradas y de relieves que se encuentren en la zona 
U n avión Cessna es parte del equipo . Allí está una cámara de alta precisión. La idea de captar estas imágenes es para comparar física y técnicamente el comportamiento de un glaciar. José Lincango, jefe de fotografía aérea del IGM, señala que los vuelos se realizan con tecnología satelital y con un sistema GPS, que se encuentra dentro de la aeronave y en la tierra. Esto permite un control total de la actividad. 
"La precisión de los datos de las tomas depende de la situación del vuelo". El IGM ha participado en investigaciones para determinar cómo ha variado el nivel del hielo, por ejemplo, en el Antisana.
Precisamente en esos estudios ha estado personal del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi). Este organismo tiene un programa de medición denominado Catcos y ­emplea una metodología que genera un modelo digital de terreno de alta precisión, también por medio de fotografías aéreas. 
Un estudio realizado por seis organismos que operan en el país señala que a escala nacional se han contabilizado 103 glaciares en siete elevaciones montañosas. En esa misma investigación se dice que para 1997, cuatro volcanes ecuatorianos abarcaban 60 km² de glaciares. Pero para el 2011 fue menos de 50 km². A escala mundial, desde 1993 el nivel de los mares y océanos se ha incrementado una media de unos 3,2 milímetros por año. Las cifras aumentarán debido al derretimiento de los casquetes polares y de los glaciares. Estos datos se difundieron en esta semana, a propósito de la Conferencia contra el Cambio Climático que se desarrolla en Varsovia. 
Por ahora los investigadores trabajan en más mecanismos de control. Por ejemplo el Servicio Mundial de Vigilancia de Glaciares (WGMS) analiza, casi en tiempo real, el comportamiento de estos respecto de las condiciones climáticas. El 2011, consolidar un observa­torio permanente de glaciares en la zona tropical andina (de Colom­­bia a Bolivia) fue la prioridad de los investigadores. Para estos se anunció el uso del LMI Greatlce, un laboratorio mixto internacional que estudia glaciares y recursos hídricos. Hasta el 2015 realizará programas científicos y la consolidación de las actividades de un grupo de investigadores reunidos alrededor de una plataforma científica común. Este observatorio provee continuamente datos de referencia sobre el cambio climático.



Publicado : noticias24.com  
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Foto: El Parque Nacional Canaima, Venezuela / Actualidad RT
(Caracas, 17 de noviembre – Noticias24).- Sin duda alguna existen innumerables paisajes en el mundo especialmente únicos, muchos de ellos insustituibles. Un reciente estudio realizado por científicos y publicado en la revista ‘Science’ esta semana, señaló algunos de estos lugares fundamentales para prevenir la extinción de los mamíferos, aves y anfibios más amenazados de la Tierra.
Los científicos examinaron los datos de 173.000 áreas protegidas terrestres, que abarcan el 13% de la superficie de nuestro planeta y el 2% de los océanos, y 21.500 especies de animales, basándose en los datos de la Lista Roja de Especies Amenazadas elaborada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), así como la Base de Datos Mundial de Áreas Protegidas.
Para dicha selección, el factor clave fue la potencialidad de pérdida de especies en una zona concreta como consecuencia de no tomar medidas para conservarla.
Muchos de estos lugares ya están designados bajo la Convención del Patrimonio Mundial de la UNESCO, pero más de la mitad no cuentan con la atención necesaria
“Las áreas naturales protegidas que analiza este estudio se concentran principalmente en las montañas tropicales y sabanas de América Central y del Sur, África, Asia y Australia, así como en islas tropicales del Caribe, Madagascar, Filipinas e Indonesia. Estas regiones tienen una gran biodiversidad y también un alto endemismo” (concentración de especies propias de una única zona geográfica), así lo aseguró la investigadora del Centro de Ecología Funcional y Evolutiva (Cefe) de Francia y coautora del estudio Ana Rodríguez, citada por la revista ‘National Geographic’.
Un detalle importante que arrojó el estudio fue que muchos de estos lugares ya están designados bajo la Convención del Patrimonio Mundial de la UNESCO, pero más de la mitad no cuentan con la atención necesaria.
Entre los lugares más importantes indicados en el estudio están los siguientes: las islas Galápagos en Ecuador con 39 especies endémicas; el Parque Nacional Canaima en Venezuela, conocido por sus montañas de ‘mesa’, llamadas tepuis, con 13 especies únicas de anfibios; las selvas del Atsinanana en Madagascar, que cuenta con entre un 80% y un 90% de especies endémicas de la fauna del país; Ghats Occidentales en India, el hogar de un tercio de las plantas, aproximadamente la mitad de los reptiles y alrededor de tres cuartas partes de todos los anfibios que habitan en el territorio del país; el Altiplano Central de Sri Lanka, que cuenta con la mayor extensión de bosque tropical montañoso y submontañoso virgen del país y el Parque Nacional de las Montañas de Udzungwa en Tanzania, que también se caracteriza por albergar a un gran número de especies endémicas.
La nueva investigación se basa en estudios previos que han analizado la importancia de aumentar la cantidad de áreas protegidas, y está destinada a impulsar la mejora en la gestión de estos lugares.
Foto: Las Islas Galápagos, Ecuador /Actualidad RT

El volcán italiano Etna entra en erupción

Publicado: actualidad.rt.com
El mayor volcán activo de Europa, el monte Etna, ha entrado en erupción de nuevo, alumbrando el cielo en el oeste de Sicilia y lanzando a la atmósfera una columna de humo y ceniza. 

Según la agencia AP, la erupción causó el cierre de dos sectores aéreos sobre el volcán, aunque el aeropuerto en la cercana ciudad de Catania permanece abierto.

Las autoridades no han ordenado la evacuación de la zona cercana al volcán.

VENTANA AL DESARROLLO


Más espacios verdes, ¿mejor salud?
Hay evidencia concreta de que el acceso a los espacios verdes urbanos contribuye a la salud y al bienestar de las personas.

No hay que ser un experto en planificación urbana para apreciar el valor de los espacios verdes públicos. Somos muchos los que nos acercamos a un espacio verde para hacer deporte, pasear o leer un libro en un lugar más agradable.
Sin embargo, cada vez son menos las personas en el mundo que tienen acceso a parques urbanos u otras áreas con vegetación. Por un lado, la población urbana crece a un ritmo mucho mayor en relación con los espacios verdes. Las ciudades de América Latina reflejan este déficit creciente. Por otro lado, la  distribución  -y calidad- de los espacios verdes existentes tiende a ser cada vez más desigual al interior de las ciudades. Los estudios que hemos realizado en las ciudades incluidas en la ‘Iniciativa Ciudades Emergentes y Sostenibles’ confirman esta tendencia. Las personas que habitan en los barrios más pobres tienen menos acceso a espacios verdes de calidad. La expansión urbana descontrolada en muchas ciudades latinoamericanas, principalmente a través de asentamientos irregulares, dificulta la planificación y agrava esta situación.
Además de profundizar las inequidades existentes, esta tendencia presenta serios riesgos para la sostenibilidad urbana y en especial, para la salud pública. Las numerosas investigaciones sobre el tema señalan una fuerte relación entre espacios verdes urbanos y la salud física y mental. Si bien se trata de una relación compleja mediada por muchos factores, los estudios aportan evidencia concreta relacionada a las diversas maneras en que el acceso a espacios verdes contribuye a la salud y al bienestar de la población:
1. Promueven la actividad física. Diversas investigaciones corroboran una asociación positiva entre el acceso a espacios verdes y la predisposición a hacer ejercicio, en todos los grupos de edad. La actividad física regular disminuye la prevalencia de sobrepeso y obesidad, quinto factor de riesgo de defunción en el mundo –debido a que aumentan el riesgo a enfermedades cardiovasculares, a diabetes, y a determinados cánceres.
2. Contribuyen a la salud mental. Otros estudios recientes, como el realizado por un equipo de investigadores holandeses, revelan que la prevalencia de 15 de 24 grupos de enfermedades es menor para aquellas personas que tienen mayor proporción de espacios verdes en un radio de un kilometro alrededor de sus hogares. Dicha investigación encontró que la relación es aun más fuerte en el caso de enfermedades mentales, como trastornos de ansiedad y depresión, en particular.
3. Proporcionan oportunidades para el desarrollo de relaciones sociales. El acceso a espacios verdes, según indican otras investigaciones, se correlaciona positivamente con la interacción comunitaria y la cohesión social al proveer espacios de encuentro inclusivos. Un estudio realizado en 59 espacios públicos de un barrio de vivienda social en Chicago, por ejemplo, encontró que la actividad social era un 83% mayor en aquellos espacios que contaban con vegetación.
4. Disminuyen los riesgos del ambiente urbano y el cambio climático. Los espacios verdes preservan la biodiversidad en las ciudades; reducen los riesgos de inundación; filtran ruidos molestos; y retienen partículas de polvo y contaminantes atmosféricos. Asimismo, estudios recientes predicen que un 10% más de espacios verdes en áreas urbanas, permitiría mantener las temperaturas a solo 1°C por encima de los valores actuales, moderando el impacto del calentamiento global en estas ciudades.
Ante esta evidencia, las ciudades de América Latina deberán crear más oportunidades para vivir en contacto con la naturaleza en las zonas urbanas. Esto significa también evitar que el crecimiento urbano genere nuevos déficits de espacios verdes en el futuro. El desafío para las ciudades consistirá en definir, junto con los ciudadanos y a partir de recursos siempre escasos: ¿Cuanto más espacio verde se necesita?, ¿de qué tipo y con qué funciones?, ¿dónde ubicarlos y cómo interconectarlos? y ¿cómo mantenerlos en buen estado utilizando mecanismos innovadores? Para responder estos interrogantes el rol de la planificación urbana será imprescindible.

China genera 50.000 millones de toneladas de lluvia artificial al año

PEKÍN, EUROPA PRESS
   Un informe del Parlamento chino recoge que la aplicación de la Ley Meteorológica propicia la descarga de unos 50.000 millones de toneladas de lluvia al año en la mitad del territorio de la China continental, aunque señala que se deben tomar más medidas para evitar sequías.
   El informe sobre "modificación del clima" ha sido presentado ante la sesión bimensual del Comité Permanente del Parlamento chino, reunido de lunes a viernes, y reconoce las medidas adoptadas por el Gobierno para implantar un sistema a gran "escala y coordinado", según recoge la agencia de noticias oficial Xinhua.
   El sistema incluye siete satélites, cinco de ellos plenamente operativos, que siguen la evolución de las masas de vapor de agua para posteriormente actuar sobre ellas para que descarguen sobre tierra.

   Sin embargo, el informe señala que este sistema no satisface aún las necesidades de prevención de desastres, especialmente en zonas rurales, agravados ahora por el cambio climático, que provoca "un clima más extremo". Así, pide más precisión en las predicciones meteorológicas y mejoras en la organización administrativa