viernes, 4 de octubre de 2013

Los koalas se bajan de los eucaliptos ante el cambio climático

El aumento del calor y las prolongadas sequías obligan a los marsupiales a buscar refugio en árboles más frondosos
LA NACION







SIDNEY (EFE).- Los populares koalas, una especie amenazada en el este de Australia, comenzaron a mudarse a otros árboles distintos a los eucaliptos, su hábitat tradicional, debido a las olas de calor y las sequías cada vez más corrientes.
"Nuestra investigación confirmó que los koalas se albergan durante el día en árboles distintos al eucalipto que lo alimenta de noche", explicó Mathew Crowther, biólogo de Universidad de Sídney y responsable del estudio.
A medida que aumenta la temperatura durante el día, estos emblemáticos animales de Australia tienden a buscar árboles más grandes y con un follaje más denso, de acuerdo a esta investigación de tres años sobre el comportamiento de unos 40 koalas que habitan una zona rural del estado australiano de Nueva Gales del Sur.
"Los koalas estudiados también mostraron una preferencia por árboles en zonas más bajas como los barrancos, que son generalmente más frescos que los árboles de los valles abiertos o las cumbres", acotó Crowther en un comunicado.
Los koalas convierten en sus hogares una serie de árboles que visitan regularmente y cuyo tamaño depende de la calidad del hábitat, el sexo, la edad y la jerarquía que ocupe entre sus congéneres. Pero es poco frecuente que estos marsupiales acudan a los espacios de sus compañeros si no es para aparearse, según la Fundación Australia para los Koalas (AKF, por sus siglas en inglés).
 
Los koalas buscan cobijo en árboles más frondosos que los eucaliptos, por el extremo calor registrado. Foto: Archivo 
 
Además, el koala, que es un animal muy delicado y especialmente sensible a cualquier cambio en el medio ambiente, permanece unas 20 horas al día dormitando para conservar energía, mientras que las horas restantes las utiliza para ingerir hasta un kilo de hojas cada noche.
Aunque existen 600 variedades de eucalipto, el koala solo se alimenta de algunas de ellas y para cobijarse durante el día del calor no es tan selectivo como en su nutrición y prefiere especies nativas como las casuarinas o los braquiquitos.

UN MARSUPIAL PARTICULAR

El koala (Phascolarctos cinereus), que en lengua aborigen significa "sin beber" en alusión a que el 90 por ciento de su hidratación provienen de las hojas de eucalipto que come, está considerado como especie amenazada o vulnerable en la costa este de Australia.
Sus principales amenazas son el cambio climático, la pérdida de su hábitat por la expansión urbana y la enfermedad de la clamidia, una bacteria que produce lesiones en los genitales y los ojos de los koalas causándoles infertilidad, ceguera y los consume lentamente hasta la muerte.
La población de koalas en el estado de Queensland ha disminuido en un 40 por ciento, mientras que en Nueva Gales del Sur se ha reducido en un tercio en los últimos veinte años, aunque en el sur del país oceánico abundan estas especies, según datos oficiales.
En Australia, que tiene una de las tasas más altas del mundo de destrucción de terrenos, se ha arrasado con el 80 por ciento del hábitat de los koalas y los hace más vulnerables a los efectos del calor, que aumenta cada vez más en Australia.
A principios de año, la Comisión de Cambio Climático de Australia advirtió de que los máximos históricos de calor se han duplicado desde la década de los sesenta, por lo que se prevé un aumento de los incendios en los próximos años. La factura de estos cambios la pagan también los koalas que padecen de ansiedad, deshidratación por las largas exposiciones a temperaturas altas, que incluso les puede causar la muerte.
Según la investigación de la Universidad de Sídney en el que se observó que un 25 por ciento de estos marsupiales estudiados fallecieron durante la ola de calor registrada en 2009. Lo que es peor, actualmente "Australia está experimentando el año más caluroso desde que se empezaron a registrar las temperaturas en el país", alertó Crowther.
Por ello, abogó por cultivar y conservar los árboles que necesitan los koalas para cobijarse durante el día, así como la preservación de sus hábitats para mitigar los efectos del cambio climático en Australia.

"Dólar eBay": los billetes de Evita se venden en el exterior a más del doble de su valor

La edición especial de 100 pesos se comercializa a partir de 20 dólares en los sitios de compra y venta electrónicas de Estados Unidos
LA NACION 
 
El billete de 100 pesos con la imagen de Evita se consigue en eBay como objeto coleccionable. 
 
Los billetes de 100 pesos con el motivo de Eva Perón se venden en el exterior a través de Internet al doble (o más) de su valor oficial. En el portal de compras eBay se los puede conseguir en diferentes presentaciones desde 20 hasta aproximadamente 40 dólares. En tanto, en Amazon.com cotizan entre 30 y 50 dólares por unidad.
Al tipo de cambio oficial, $100 equivalen a 17,18 dólares. Si se toma el paralelo, 10,41. A simple vista, el negocio parece altamente ventajoso para quienes logran concretar este tipo de operaciones.
El fenómeno de la venta de estos papeles con el rosto de una de las argentinas más famosas del mundo llegó también en enero pasado a Broadway, Nueva York. A la salida del teatro donde se presentaba el musical "Evita", encabezado por Ricky Martin y Elena Roger, se comercializaba esta moneda a 50 dólares por unidad.

Naufragio de inmigrantes de Africa: más de 300 muertos

POR JULIO ALGAÑARAZ  | clarin 

Una barcaza con 500 “sin papeles” que había partido de Libia se incendió y se hundió cerca de la isla de Lampedusa. Eran eritreos, somalíes y ghaneses. Hubo 155 sobrevivientes. Duelo en Italia.
Escalofriante. Los restos de algunos de los inmigrantes africanos yacen en el muelle del puerto de Lampedusa./AP

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ROMA. CORRESPONSAL 
Las esperanzas de una nueva vida en la rica Europa se convirtieron en la madrugada de ayer en una de las más horrorosas tragedias que se recuerdan en la zona del Canal de Sicilia, entre las costas de Africa y la isla italiana de Lampedusa. Una barcaza que cargaba a duras penas 500 africanos desesperados, según algunos testimonios, y que había partido hacía tres días de Misurata, en Libia, naufragó tras comenzar a hundirse, incendiarse y volcar. Solo 155 prófugos pudieron salvarse y 103 cadáveres se encuentran en un hangar del aeropuerto de Lampedusa.
A los otros se los tragó el mar. Se estima que el desastre ha costado la vida a más de 300 personas.
Aunque son tantas las anécdotas y la épica de las tragedias en los últimos años, en los que han muerto 6.200 personas, la de la madrugada de ayer ha superado a las otras por cuanto se han sumado las circunstancias y los detalles humanos de los momentos terribles que vivieron en la oscuridad los pobres africanos que viajaban en la barcaza. “No sabemos donde meter ni los vivos ni los muertos”, contó la alcaldesa de Lampedusa, Giusy Nicolini, que en un mensaje invitó al premier italiano, Enrico Letta: “Venga aquí a contar muertos conmigo”. Luego, añadió llorando: “Es un horror. No dejan de llegar barcos y descargar muertos”.
Las constelaciones negativas que, como en una tragedia griega desbordaron la voluntad humana, fueron una seguidilla espantosa. A bordo de la carreta del mar no había teléfonos celulares y los pobres náufragos no pudieron llamar para pedir auxilio. Es casi increíble porque estaban llegando a Lampedusa, que está a 113 kilómetros de las costas africanas. Veían las luces de la población de 6.000 habitantes, que a esa hora dormía.
Los que viajaban eran eritreos, somalíes y ghaneses, entre ellos mujeres y niños. Ningún chico o bebé sobrevivió y sólo algunas pocas mujeres se salvaron, entre ellas una que había sido colocada en la fila de muertos en la banquina del puerto y cubierta con un telón color verde. La mujer dio señales de vida y fue llevada de inmediato al pequeño hospital de la isla, desbordado de heridos y contusos.
La “carreta del mar” comenzó a inundarse cuando estaba a menos de mil metros de Lampedusa, frente a la pequeña isla de los Conejos. El agua, que subía por las fallas en el casco de la barcaza sobrecargada de gente, se fue mezclando con el combustible y los aceites que yacían en la sentina. Otra fatalidad que agravó el desastre.
Como no los veían ni escuchaban, pese a los gritos de algunos pidiendo socorro, alguien decidió quemar una manta y papeles para que desde la isla o desde los barcos de pescadores cercanos advirtieran la emergencia. Pero las llamas quedaron fuera de control y el incendio espantó aún más a la gente ya aterrorizada, que huyó hacia el otro lado del barco. Fue el final: la carreta perdió estabilidad, volcó y terminó por dar una vuelta de campana, hundiéndose rápidamente hasta el fondo, que estaba a cuarenta metros. Allí, los buzos vieron los cuerpos de más de un centenar de africanos. No se sabe bien cuántos. El mal tiempo obstaculizó el piadoso trabajo de rescatar los restos.
“Se salvaron los más fuertes y los que tuvieron más suerte”, dijo la comandante de la Guardia Costera Floriana Segreto.
Un pescador contó por televisión que en la madrugada estaba con un amigo y sintieron ruidos y gritos. “Yo soy viejo y no oigo bien pero mi amigo más joven me dijo: ‘Salgamos al mar que pasa algo grave’. Lo hicimos y cerca de la isla de los Conejos vimos un mar de cabezas a nivel del agua. Gente, tanta gente, que agitaba los brazos, tosía, gritaba”. El pescador se puso a llorar en vivo y en directo. “Nunca vi nada semejante”, musitó.
El y su amigo fueron dos héroes. “Tirábamos para hacer subir a los que podíamos pero era difícil porque resbalaban con los cuerpos empapados de gasoil y aceite. Al final pudimos rescatar 47”, casi un tercio de los salvados.
Muchos náufragos no sabían nadar, tragaban agua de mar mezclada con combustibles y aceites de máquina, se sofocaban. Otro pescador, Raffaele Colapinto, que también había salido con su barco, contó lo difícil que era hacer trepar al barco a los náufragos empapados de aceite.
“Para subir a una mujer moribunda, embarazada, tardamos media hora”, explicó.
Los barcos de rescate estatales llegaron enseguida, pero hay que destacar el arrojo de turistas que partieron con barquitos a vela en la oscuridad y en la confusión para tratar de rescatar a los náufragos.
Italia se despertó ayer enterándose de que otra tragedia había nutrido de más víctimas el gigantesco cementerio del Mediterráneo en el canal de Sicilia. En Lampedusa hay también un cementerio local, en Cala Pisana, que está desbordado por una mayoría de inmigrantes que sucumbieron soñando que iban a llegar vivos a Europa. Pocos gozan la dudosa fortuna póstuma de tener sus nombres en las tumbas. En la mayoría no hay nombre ni nacionalidad. A veces una simple foto encontrada entre la ropa. En otras figura su supuesta edad, si eran niños, mujeres u hombres, de aspecto africano o asiático, y la fecha en que fueron encontrados.
El ministro del Interior, Angelino Alfano, viajó a la isla mientras el Parlamento y el gobierno decretaban una jornada de luto nacional para hoy. Hasta la tarde las filas de cadáveres que se iban alargando yacían bajo telones verdes, marrones, negros y grises en los muelles. Socorristas y habitantes compartían la congoja y lloraban discretamente a los muertos, golpeados por las tragedias y la desesperación de tantos inmigrantes.
“Necesitamos cajones de muerto, no ambulancias”, reclamó Pietro Bartolo, responsable sanitario de la isla en un mensaje a la burocracia nacional. Luego llegó un avión militar C130 con un centenar de féretros y hoy arribará un barco que se llevará a los muertos ahora alineados en un hangar del aeropuerto de la isla.
Otra vez Lampedusa está desbordada por la llegada de prófugos e inmigrantes clandestinos. Ayer llegaron 463 desde Libia. En lo que va del año más de 25 mil. Y a Sicilia y Calabria, tres veces más que en 2012. Es continuo el arribo de egipcios y sirios, que pronto serán más de diez mil, traídos por sus propios desastres que provocan chorros continuos de emigración.
La ministra Cecil Key Kyenge, negra y nacida en el Congo, atacada por grupos políticos de la derecha italiana (un ex ministro de Berlusconi la llamó “mona”), dijo ayer que Italia no puede afrontar sola esta gigantesca emergencia y que es necesario que la Unión Europea se decida a ayudarla.

Crece la tensión en Gualeguaychú: "Si no hay soluciones, puede que haya cortes"

En la Asamblea Ambiental no descartan volver a interrumpir el tránsito en el puente binacional que une la Argentina con Uruguay; el domingo marcharán a Fray Bentos
LA NACION
 
Una postal del histórico corte de asambleístas entre Gualeguaychú y Fray Bentos, el 6 de junio de 2010, que podría repetirse en los próximos días. Foto: Archivo / Santiago Hafford / LA NACION
 
Botnia volvió a encender la alarma en Gualeguaychú, tres años después de que se levantara el corte en el puente general San Martín, que une la localidad argentina con la uruguaya Fray Bentos. Los asambleístas de la ciudad entrerriana decidieron ayer no cortar el paso fronterizo, pero no descartan interrumpirlo en los próximos días. Es cuestión de tiempo, aseguran.
"Si no hay soluciones es probable que haya cortes", expresó hoy a LA NACION Jorge Fritzler, uno de los miembros más activo de la Asamblea Ambiental. Pese a que aclaró estar en contra de bloquear el puente, Fritzler advirtió: "La posibilidad existe".
El grupo de vecinos que se opone al funcionamiento de la papelera Botnia -rebautizada UPM- votó ayer por unanimidad marchar el próximo domingo hasta Fray Bentos, donde entregarán un petitorio en repudio de la autorización uruguaya para que la empresa aumente su producción. La moción de cortar el puente general San Martín tuvo posiciones divididas, según comentó Fritzler.
"Ayer circulaban mensajes de textos anónimos pidiendo a la gente que corte, pero no tuvieron apoyo", contó Jorge Fritzler
"Ayer circulaban mensajes de textos anónimos pidiendo a la gente que corte, pero no tuvieron apoyo", agregó.
"La idea mía es cortar la ruta", disparó ayer la asambleísta Cira Muñoz, pero no tuvo eco entre sus vecinos. "Todos tenemos en la cabeza el corte de ruta", dijo Orlando Piaggio. Oscar Bargas, a su vez, apuntó que "esa propuesta tiene que madurar".
La Asamblea se convocó para el domingo a las 15 en Arroyo Verde, kilómetro 28 de la ruta internacional, para partir desde allí hacia Fray Bentos. Allí se entregará un petitorio al intendente uruguayo de Río Negro, Omar Lafluf, en un acto donde se invitó a participar a concejales, legisladores, representantes de entidades intermedias y vecinos en general.
En paralelo, se rearmará la comisión secreta dentro de la Asamblea para la realización de acciones sorpresivas. En años anteriores, hubo manifestaciones fluviales en el Río de la Plata, bloqueo a la empresa Buquebus y protestas en Buenos Aires. El miércoles 16 habrá una nueva reunión.
El histórico corte del puente general San Martín duró 1326 días entre noviembre de 2006 y junio de 2010. Una imagen que podría repetirse en los próximos días.