domingo, 22 de marzo de 2015

Prevén déficit de un 40% de agua en 2030
losandes.com.ar

Al ritmo actual de crecimiento demográfico y requerimiento de agua para agricultura e industria, en 15 años casi la mitad de la población sufrirá falta del líquido. Dramático llamado de la ONU a cuidar el recurso.

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Mujeres y niños de países pobres sufren la carencia. |@ Los Andes

El consumo de agua del planeta para responder a las necesidades de una población cada vez más numerosa y de la actividad agraria o industrial, provocará un déficit global de agua del 40% de aquí a 2030, advirtió ayer un informe de la ONU.

“Ante el constante aumento de la demanda de agua y la explotación excesiva de las reservas subterráneas, tenemos que cambiar nuestro modo de llevar a cabo la evaluación, gestión y utilización de este recurso del que depende nuestro futuro”, indicó la directora general de la Unesco, Irina Bokova.

El informe “Agua para un mundo sostenible”, publicado por los expertos de Naciones Unidas en vísperas del Día Mundial del Agua a celebrarse hoy, señala que es apremiante cambiar los métodos de uso y gestión de ese recurso vital.

El informe incluye un mapa que resume los recursos de agua renovable per cápita de cada país, con una escala de colores que va de la escasez absoluta, en varios países del norte de África y la Península Arábiga, hasta los menos necesitados, categoría en la que figuran todos los países de América Latina, pasando por los vulnerables, entre los que se incluye a países de perfil tan distinto como varias islas del Caribe, China, Alemania, Inglaterra o España.

Según los autores, “nunca como ahora nuestro planeta ha estado tan sediento”, especialmente a causa de las necesidades de un sector agrario cada vez más exigido.

De aquí a 2050, la agricultura, el sector de actividad humana que más agua devora, deberá producir un 60% más de alimentos a nivel mundial y un 100% en los países en desarrollo. Al mismo tiempo tiende a aumentar la demanda de bienes manufacturados, incrementando la presión sobre los recursos hídricos.

Según las previsiones, entre 2000 y 2050 el aumento de demanda de agua de la industria mundial será de un 400%.
Mientras se dispara el consumo de agua -en un 55% de aquí a 2050- su gestión no se realiza de manera sostenible y “un 20% de las aguas subterráneas del planeta están siendo explotadas abusivamente”.

El riego de cultivos, el uso de plaguicidas y agroquímicos que terminan en los cursos de agua, y la falta de tratamiento de aguas residuales afectan a un 90% de las aguas en los países en desarrollo.

El costo del desarrollo

El desarrollo económico y prácticas contrarias a una gestión sostenible del agua producen contaminaciones masivas y pérdida de recursos hídricos, especialmente en Asia. El informe cita el ejemplo de China, donde el riego intensivo provocó un descenso del nivel de la napa freática de 40 metros en las planicies del norte.

Si todo sigue igual, advierten los expertos, el planeta deberá hacer frente a un déficit global de agua del 40% de aquí a 2030. Por esa razón, concluye el informe, la única solución es aprender a administrar el agua de manera sostenible. El informe incluye algunos estudios de casos particulares en el mundo, y cita como modelo el programa “Cultivando Agua Buena”, aplicado hace 11 años para mejorar la gestión hídrica de la cuenca del Paraná en Brasil y Paraguay tras la construcción de la represa de Itaipú.

Los autores destacan que la ONU se dispone a examinar a partir de setiembre próximo la adopción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para el período 2016-2030, y recomiendan que uno de ellos esté centrado en la cuestión del agua.

Los autores preconizan que no se haga exclusivamente hincapié en el acceso al agua y el saneamiento, sino que también se tengan en cuenta cuestiones como la gobernanza de recursos hídricos, la calidad del agua, la gestión de aguas residuales y la prevención de catástrofes naturales.

En el caso de América Latina, el informe deplora la escasa inversión en infraestructura e identifica dos prioridades: fortalecer la gobernanza hídrica y mejorar el suministro de agua potable y de servicios de saneamiento.

 

Ban Ki Moon: “La contaminación está acelerando la crisis hídrica"


Alrededor de 750 millones de personas, es decir, más de uno de cada 10 habitantes del mundo, continúan sin tener acceso a mejores fuentes de abastecimiento de agua, en tanto que aproximadamente 2.500 millones carecen de servicios de saneamiento y unos 1.000 millones practican la defecación al aire libre.

El secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, aporta estos datos en un mensaje difundido con motivo del Día Mundial del Agua, que se celebra hoy domingo.

Moon señala en su mensaje que este recurso desempeña una “función esencial e interrelacionada”, puesto que “dependemos del agua para la salud pública y el progreso equitativo, y el agua es esencial para la seguridad alimentaria y energética, y sustenta el funcionamiento de las industrias”.

“El comienzo del cambio climático, la creciente necesidad que tienen la agricultura, la industria y las ciudades de los recursos hídricos finitos, y la contaminación cada vez mayor que afecta a muchas zonas están acelerando la crisis del agua, algo que solo puede resolverse elaborando planes y políticas intersectoriales integrales a los niveles internacional, regional y mundial”, añade.

El líder de la Organización de las Naciones Unidas indica que uno de los principales problemas es el acceso al agua potable y a servicios de abastecimiento.

“La falta de agua afecta, en particular, a las mujeres y los niños, ya que no sólo pone en peligro su salud, sino que, además, obliga a perder una cantidad considerable de horas en la improductiva, y a veces peligrosa, tarea de recoger agua”, apostilla. Fuente: ONU

Salud pública

La Organización Mundial de la Salud (OMS) aporta los últimos datos globales conocidos sobre el agua en el mundo, que recoge en su último informe “Glass 2014”.

Según esta agencia de la ONU, el 89% de la población mundial tenía acceso a una fuente mejorada de abastecimiento de agua potable en 2012, en comparación con el 76% en 1990.

Además, actualmente casi 4.000 millones de personas tienen agua corriente y 2.300 millones obtienen agua de otras fuentes de abastecimiento, como grifos públicos, pozos protegidos y perforaciones.

Sin embargo, alrededor de 748 millones de personas se abastecen de fuentes no mejoradas de agua, de las cuales 173 millones dependen de aguas superficiales.

La OMS apunta que cerca de 1.800 millones de personas se abastecen de una fuente de agua potable que está contaminada por heces y que el consumo de agua en mal estado puede transmitir enfermedades como la diarrea, el cólera, la disentería, la fiebre tifoidea y la poliomielitis, hasta el punto de que se calcula que la contaminación del agua potable provoca más de 500.000 muertes anuales por diarrea. AP