lunes, 9 de abril de 2018

Aprender ecología y finanzas le cambió la vida a los campesinos colombianos
baenegocios.com

Un proyecto promovido por el BID

Nariño, la mayor ciudad rural


Como cultivar sin químicos, crear su propio abono o administrar sus recursos son algunas de las bases de la agricultura rentable y ecológica que campesinos del departamento colombiano de Nariño aprendieron con la cooperación internacional para mejorar su precaria vida rural.

Ivone Taques, una agricultora de 35 años, es una de las mujeres que ha dado ese cambio a su existencia: solía emplear su día en trabajar cultivos ajenos, una labor que le dejaba solo entre 10.000 y 15.000 pesos diarios (entre 3 y 5 dólares).

Hoy en día tiene su propia tierra en Gualmatán, aislado municipio de Nariño, en la frontera con Ecuador, donde cultiva arvejas con abono natural, lo que da trabajo a toda su familia y tiene una huerta casera para abastecerse de los alimentos básicos.

La clave de este cambio en la vida de Ivone es una pequeña cantidad de dinero y sobre todo la formación que recibió a través de la Fundación La Caixa y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), quienes financiaron un proyecto para que la corporación sin ánimo de lucro colombiana Contactar lo pusiera en marcha. Su objetivo es transformar una economía tradicional y de subsistencia en una rentable, ecológica y adaptada a los nuevos tiempos para que los campesinos creen sus propios agronegocios.

Más de 1200 agricultores de Nariño, uno de los departamentos con más población rural del país, recibieron un pequeño crédito de hasta 1.000 dólares, combinados con asistencia técnica, para sacar el mayor provecho posible de la tierra.

"Para mí esto ha sido algo nuevo, como que a uno lo despierta (...). También nos enseñaron que los químicos destruyen la tierra y nos destruye a nosotros mismos, porque nosotros nos quejamos muchas veces que la tierra ya no nos produce nada, pero es por nuestra culpa. Ahora tengo ese conocimiento, que debo cuidar a la tierra para que ella cuide de mí", reflexionó Ivone a Efe.

El proyecto se desarrolla desde 2016 en ocho municipios de Nariño y beneficia de forma global a cerca de 10.000 personas.