miércoles, 15 de junio de 2016

ARGENTINA

Naturaleza a pleno en los Esteros del Iberá
clarin.com

La observación de la diversidad de flora y fauna es la mayor atracción de este gigantesco humedal. Para poder disfrutarlo se organizan paseos embarcados y cabalgatas guiadas desde Colonia Carlos Pellegrini.

Ejemplares de irupé, la típica flor acuática de los Esteros del Iberá.
Ejemplares de irupé, la típica flor acuática de los Esteros del Iberá


El segundo humedal más grande de Sudamérica es un inabarcable depósito de agua de origen pluvial, desbordado de plantas y pajonales, que dibuja un grueso tajo en la geografía de Corrientes. En los 53 kilómetros cuadrados que ocupa, la Reserva Natural Esteros del Iberá reúne tal diversidad de vegetación y fauna que resulta un arduo desafío la pretensión de distinguir el origen de cada uno de los múltiples sonidos y los perfumes que la Naturaleza emite hacia las orillas de la laguna Iberá.

La sinfonía de más de 350 especies de aves, mamíferos y ofidios también se escucha con nitidez entre las calles de tierra de Colonia Carlos Pellegrini, a la manera de un agradable murmullo que cambia de voces según el momento del día pero jamás se silencia.

El aire rural y la devoción de los pobladores por las inquietantes creencias, mitos y leyendas heredadas de sus antepasados retrotraen a los visitantes a los lejanos tiempos en que los animales y la flora compartían este territorio frágil con las primeras tribus de la cultura guaraní. La atmósfera agreste, apenas alterada por la mano del hombre, alcanza al mínimo tejido urbano de esta localidad atravesada por una atmósfera de tranquilidad, donde se cuelan porciones del bosque y la selva y los tentáculos del enmarañado nudo en el que corren ríos, riachos, arroyos y lagunas.

Paseo embarcado en los Esteros del Iberá

Un guía baqueano se esfuerza por empujar el bote desde un muelle valiéndose de una pértiga para abrirse paso en medio de la laguna recubierta de plantas acuáticas. La vara de madera de unos cuatro metros de largo se transforma en una pieza clave para deslizar la embarcación en medio del tejido de hojas y tallos de aguapé, irupé, repollito y lenteja de agua. Para los turistas, el equipo más recomendable incluye campera rompeviento, gorra, protección solar y repelente. Sin embargo, los elementos indispensables son los prismáticos y las cámaras de fotos, cuyos lentes no tardan en apuntar hacia cada detalle que asoma alrededor.

Imágenes para no perderse

La serie de imágenes imperdibles arranca con el vuelo ascendente de una bandada de garzas, sigue con un par de ciervos de los pantanos superpuestos con carpinchos y lobitos de río sobre embalsados y vuelve a demandar atención en la laguna, cuyo tapiz sin rugosidades se deshace cada vez que afloran los ojos intimidantes de los yacarés overos y negros. Todavía queda pendiente la aparición en escena del aguará guazú y del renombrado mono carayá, aunque hace rato que los aullidos del jefe del clan salen disparados desde un árbol para marcar su territorio.

Debajo del planeo rasante de un jote se abre un surco entre las flores amarillas y violetas de un camalotal. Un yacaré overo viene abriéndose paso y se detiene al amparo de las hojas bien verdes de un pehuajó, seguido por un yacaré negro, de trompa más prominente. La escena, a la que se incorpora un ciervo de los pantanos protegido por un cardo caraguatá, transcurre sobre el frágil suelo de un islote, sostenido por las raíces de las plantas acuáticas. El fondo del murmullo de las aves y los insectos se intercala con el chillido del angú y el desgarrador grito del chajá.

El incesante despliegue de la fauna demanda atención sin pausas y buenos reflejos para registrar con las cámaras la infinita gama de imágenes, formas, colores y texturas. El guía tiene el tino de apagar el motor en un sector de juncos, falsos papiros y cortaderas. Menos de un minuto después, la proa ya está rozando suavemente un manojo de irupés, mientras la popa deja atrás una suerte de guirnalda de lentejas y repollitos de agua. Es el turno de mostrarse ante los visitantes para una familia de carpinchos, un pollón azul que brilla al sol con su plumaje tornasolado, una hilera de chajáes, patos sirirí, cuervos, cardenales y un yacaré que termina de deglutir una palometa.

Aves a la vista
En otro rincón de agua quieta y transparente –teñida por las tonalidades verdes de la flora– hace equilibrio una jacana, sin reparar en que el portentoso teleobjetivo de un fotógrafo apunta derecho a una mancha amarilla rodeada por el plumaje rojo y negro.

Mucho menos se entera una garza mora de las indiscretas miradas. La estilizada ave disfruta de las bondades de su hábitat, confiada en la puntería de su pico amarillo para pescar pequeñas serpientes y peces.

Aves en los Esteros del Iberá.

El regreso al muelle transcurre acorde con la excursión por la parte más virgen de este paraíso de naturaleza virgen: uno tras otro, cada ejemplar que aparece no permite relajarse ni, mucho menos, pensar en las empanadas de queso y cebolla, el guiso de pollo, arroz y papas y el flan de coco anunciados para el almuerzo en la posada Aguapé.


Incluso la posibilidad de una siesta sobre una hamaca paraguaya puede llegar a diluirse, mientras una bandada de federales persista con su serenata chillona. Es el anticipo del espectáculo nocturno, menos ruidoso, que ofrecen a medias todas las estrellas y el concierto de chicharras y ranas.

Cómo llegar

Desde Buenos Aires hasta Colonia Carlos Pellegrini son 814 kilómetros por ruta 9 (Panamericana ramal Escobar), Zárate-Brazo Largo, ruta 12 hasta Ceibas, ruta 14 hasta Cuatro Bocas, ruta 119 hasta Mercedes y ruta 40 (120 kilómetros de ripio); cinco peajes, $ 120.

Aerolíneas vuela de Aeroparque a Corrientes capital; ida y vuelta con impuestos, desde $ 4.053.

Bus común Crucero del Norte desde la ciudad de Corrientes hasta Mercedes (2 hs. 45’), $ 242 ida.

Micro semicama Flechabús de Retiro a Mercedes (9 a 11 hs.), $ 756; cama ejecutivo, $ 810; con auxiliar, $ 862.

Minibús Iberá de Mercedes a Colonia Carlos Pellegrini (3 hs.), $ 300 (03773- 15407692/15462836).

Dónde alojarse


En Colonia Carlos Pellegrini, posada Rancho Iberá: dos noches para dos personas, pensión completa, caminata guiada, dos paseos en lancha (2 hs.), wi-fi y DirecTV, $ 5.370; desde julio, $ 6.170 (www.posadaranchoibera.com.ar).

Posada Aguapé: tres noches hasta el 30/6 con copa de bienvenida, wi-fi, pensión completa, excursión guiada en lancha, caminatas, safari nocturno y cabalgata, $ 4.980 por persona; menores, $ 2.560 (www.aguapelodge.com / www.iberawetlands.com).

Hostería Casona Iberá: habitación doble con desayuno, $ 700; para 4, $ 1.000 (www.casona-ibera.com.ar).

En Mercedes, hotel Ivyrá Pytá: habi-tación doble con desayuno, cochera, wi-fi y TV cable, $ 800; triple, $ 950; cuá-druple, $ 1.100 (www.ivyrapyta.com.ar).

Cuánto cuesta


Paseo en lancha por el arroyo Corrientes (1 h. 30’), $ 350; por el arroyo Miriñaí (2 hs.), $ 400; cabalgata por esteros y palmares (2 hs.), $ 200 (03773- 422-188/15629666).

Dónde informarse


info.turismo@ibera.gov.ar

www.ibera.gov.ar

www.corrientesintensa.com