jueves, 26 de marzo de 2015

¿Por qué se está terminando el petróleo?
elmundo.es
El buque de Repsol que está realizando prospecciones de petróleo en Canarias. EFE

Estos días ha habido polémica entre la ciudadanía y en los medios de comunicación por la exploración de Repsol en aguas canarias en busca de petróleo. Aparte de la polémica social, ¿se han preguntado los lectores por qué se busca petróleo en estos sitios tan raros?
El petróleo surgía a flor de suelo, en Pennsylvania, en Oklahoma, en Texas, allá cuando los vaqueros y las películas del Oeste. Era fácil de extraer, y su retorno energético (EREI, Energía Retornada dividida por la Energía Invertida) era de alrededor de 100: Ganancias fabulosas, del 10.000% sobre la inversión, algo inimaginable, el paraíso.
Hemos vivido, al menos en el norte, en un siglo de lujo. Ya no podemos seguir viviendo así, incluso si sacamos petróleo estrujando las rocas.
Hay teorías diversas sobre el petróleo, pero la máxima probabilidad de acertar la tiene la teoría que hace derivar el petróleo de la descomposición de quintillones de pequeños organismos en los estratos geológicos como son las pizarras y las arenas esquistosas.
El petróleo de alto EREI estaba (y aún existe) en los suelos de las zonas semi-inundables del mundo, y en los mares de escasa profundidad: En el Golfo Pérsico, en las costas e interior de Texas, en el Mar del Norte, en Venezuela.  Lo había, y lo hay también en zonas que fueron bahías someras y que fueron empujadas hacia el interior de los continentes por los movimientos de las placas tectónicas: En Pennsylvania, en los ''Orientes'' de Perú y Ecuador, la Amazonía.  No lo hay en zonas graníticas como las sierras antiguas de la España interior, por ejemplo.
El petróleo no está en lagos subterráneos extensos, sino que empapa las arenas y pizarras del interior de la Tierra, como el agua una esponja, y como cualquier otro recurso, se necesita de forma concentrada, no dispersa. Oro y uranio hay en las aguas del mar, pero sacarlo de ellas supone un precio miles de veces superior a su valor.
Lo que hacemos los humanos con el petróleo, como con el carbón y el oro, por ejemplo, es utilizar las concentraciones que ''otros'' (los movimientos tectónicos) han hecho ya por nosotros: Cogemos lo que no hemos trabajado, es decir, robamos o expoliamos.
Pues bien, en la superficie de la Tierra hay muy pocas bahías someras como las del Golfo Pérsico, y las que hay, tras algunas décadas de explotación, o se han agotado o están en proceso de hacerlo. El robo ya no rinde lo que antes: Riqueza fácil sin esfuerzo, aquello sobre lo que se han montado siempre los imperios hasta que el expolio ha finalizado.  Por decirlo en números, si labrar la tierra da 15 granos por cada uno plantado,  con el esfuerzo de un año, un ladrón recoge lo que hay en el granero, todo, con el esfuerzo de un día.
Este es el conflicto al que nos enfrentamos hoy en España (y en muchos otros sitios): Hay (pocos) que prefieren vivir de su trabajo, y hay (muchos) que preferirían una recalificación de la finca de cebollas del pueblo. Dinero fácil, sin haberlo ganado.
Riqueza fácil, como la de los imperios, que desaparece casi antes de empezar, en vez del trabajo continuado que genera riqueza durante miles de años.
Pues bien, el petróleo se acaba. O más bien, se acaban los yacimientos concentrados y fáciles. Se acaba como se acabó Potosí, como se acabaron los placeres de oro de Sacramento y de Yukón. Y hemos explorado ya el planeta entero, hasta el último metro cuadrado de su superficie.  Ésta es la inmensa diferencia con los siglos pasados cuando todavía quedaba planeta por explorar.
Una imagen vale más que mil palabras. Las imágenes son de la International Energy Agency, y de una serie de empresas de petróleo.
El petróleo se acaba y hay que ponerse, con la riqueza que todavía tenemos procedente del petróleo, a dos tareas urgentes: La primera es sacar el máximo rendimiento de lo que tenemos. La segunda, instalar a todo trapo y en todo el mundo los colectores solares y de viento que son la única garantía para disponer de energía en el futuro.
La energía solar es dispersa, es lo contrario del petróleo o de las minas del Potosí. Por ello no se quiere desarrollar, sobre todo aquí en España. España era líder mundial (a pasar de absurdas reglamentaciones) en energía solar. Llegó Noviembre de 2011 y ese liderazgo se desmontó.
La única razón es la de un cierto esquema mental, el esquema mental del robo, de acceder a la riqueza acumulada por otros, o por la Tierra, en vez de capturar esa riqueza poco a poco y por cada ciudadano del planeta.
Al presidente de Exxon-Mobil, que dispone de dinero mas que de sobra para llenar los EEUU de centrales solares, las energías renovables le parecen cosas ''que no son de tíos''. De ''tío texano'' parece ser ir por el mundo recogiendo lo que otros han acumulado.
Hoy está de moda pensar en el fracking, para buscar petróleo y gas metano en las entrañas algo más profundas de la corteza terrestre. Ahora bien, si el EREI del petróleo de Pennsylvania, de Texas, de Arabia Saudita era 50, el del fracking y de las arenas asfálticas de Alberta, en Canada está entre 3 y 8. Ganancias importantes (de un 300 a un 800%) para las empresas, pero inútiles para los ciudadanos.
Cada pozo de fracking dura un par de años, y un yacimiento de fracking no más de 10 años. Luego es preciso cambiar de lugar dejando la región del yacimiento hecha un asco para la posteridad, como dejó Boliden toda la región de Aznalcollar en Sevilla, sin posibilidad de exigir responsabilidades, pues las empresas de fracking desaparecen cuando se agotan los yacimientos, y si se les exigen avales ni siquiera perforan: De nuevo, coger lo de otros y salir corriendo.
¡ Nave Apolo, desde la Tierra, tenemos un problema: Energía !
Tenemos un problema y la crisis socio-económica actual deriva de este problema, y es que con una energía convencional en disminución, la demanda de energía no para de aumentar.  En China hay, digamos, 400 millones de personas que están dentro o cerca de la clase media, pero quedan 900 millones que quieren acceder a la misma, y el acceso es equivalente a la disponibilidad de energía. Lo mismo en América y en África.
Hay una demanda creciente (digamos del 3% anual) y una disponibilidad decreciente de petróleo de más o menos ese mismo 3% anual. Esto quiere decir que en el año 2020 tendremos un 20% menos de energía para un 20% más de demanda.
Necesitamos urgentemente aumentar en un factor 10 la disponibilidad de energía de los seres humanos del planeta.
Esto solo es posible mediante la energía solar, abundante, limpia y barata, pero rechazada por los oligopolios que controlan el acceso de cada ciudadano individual libremente a la energía.
Éste el es conflicto del siglo XXI.