martes, 10 de febrero de 2015

¿Por qué está subiendo el nivel del mar?
elmundo.es

Una casa rodeada por el mar en Tangier, EEUU. LISA GRIMES

El nivel del mar sube. Lo ha documentado EL MUNDO, al publicar un reportaje de Pablo Pardo sobre la isla de Tangier, en la Bahía de Chesapeake, en Virginia, en la costa Este de los EEUU cerca de Washington.
En España, en las costas de Huelva, que suelo visitar anualmente, las playas solo existen porque todos los años los ingenieros de las administraciones responsables sacan arena del mar y la depositan en la costa. El agua en invierno se lleva la arena.
El nivel del agua del mar sube respecto a tierra, o ésta baja respecto al mar, tanto da que da lo mismo. Al aumentar la temperatura del agua del mar, esta se dilata como se dilata casi toda la materia al calentarse (una excepción es la misma agua cerca de los 4ºC, que se dilata al calentarse y al bajar de esta temperatura).  Por ejemplo, para poner las llantas metálicas en las antiguas  ruedas de madera de los carros, se calentaban aquellas al rojo vivo. Al ponerlas en las ruedas de madera y enfriarlas, los aros se comprimían y apretaban los radios de las ruedas. La misión de la llanta no solo era reducir el desgaste de la rueda, sino afirmar esta última.
Lo mismo se hace con los rodamientos, y si alguien tiene problemas en su casa para sacar o meter alguna pieza en otra que este reparando, siempre puede probar a calentar o enfriar esta última.
Pues bien, el mar se calienta y su nivel sube, se ha medido hasta el aburrimiento, vean estas gráficas.
Al calentarse se dilata y como en la olla de la cocina puesta a rebosar, al calentarse se sale: Avanza por las playas.
Adicionalmente los glaciares de las tierras sólidas (no el hielo del ártico, que flota sobre el agua) están deslizandose hacia el mar.  En estos blogs de El Mundo he explicado ya como la banquisa del Mar de Ross en la Antártida esta deslizando desde el continente hacia el mar en un proceso irreversible en este siglo XXI. Y los glaciares de las montañas de los continentes y de Groenlandia están deslizándose hacia el mar: Estamos echando agua donde ya hay, y al echar agua el cuenco se llena.
No solo eso. El cambio climático no es solo un calentamiento. Es un''cambio''. Al calentarse, el mar asciende, pero además cambian sus corrientes, de manera que lo que antes no entraba en la bahía, hoy sí entra. Las olas que antes pasaban de lado por la costa ahora se enfrentan a ella. Corriente y olas provocan erosión, y la erosión la bajada de las tierras hacia el mar.
Este año ha sido el más caliente desde que tenemos registros meteorológicos, y con él, otros siete de este siglo XXI (hablamos de escalas humanas: 100, 200 años, no nos interesan, en este contexto, escalas de 500, 1.000, 10.000, 100.000, millones de años, en las cuales el clima ha cambiado casi lo mismo que esta cambiando ahora).
El proceso de calentamiento del mar es muy lento: intenten ustedes calentar una piscina con una estufa de 100 watios. Pero de la misma forma que tarda en calentarse, el océano, una vez caliente, tarda milenios en enfriarse.
La subida del nivel del mar es muy lenta, hoy unos 3,3 milímetros por año, 3 centímetros en 10 años, algo más de un palmo en un siglo.
Pero de esta subida, 1,6 milímetros son esencialmente los de la dilatación térmica del agua. En los últimos 20 años la subida se ha incrementado en otros 1.6 milímetros por año, debidos al deslizamiento de los glaciares, y esta fusión se está acelerando, pues al dejar suelo libre de hielo, este suelo deja de reflejar la luz del sol, y se calienta, algo que no hacía cuando estaba cubierto de hielo.
En los cálculos científicos, se estima que la subida del nivel del mar, a lo largo del siglo XXI, si no detenemos el cambio climático, será de al menos 1 metro.  El mar, en el puerto de Gijón, por ejemplo, salta hoy los muelles en marea alta, y más si hay oleaje fuerte. A finales de este siglo, si seguimos quemando combustibles fósiles, los mulles estarán inundados la mitad del día.
Una subida de un metro del nivel medio del mar implica un avance de las líneas de costa hacia el interior de unos 10 kilómetros en el Atlántico, donde las mareas son de 3 metros y hay oleaje intenso, y de al menos 1 kilómetro en el Mediterráneo: Las construcciones turísticas de las primeras líneas de playa desaparecerán en este siglo, o dejarán de ser primera línea de playa para convertirse en urbanizaciones bloqueadas por diques como en Holanda.  Pero Holanda tiene un par de cientos de kilómetros de costa, en España tenemos un par de miles. No podemos poner diques a la manera holandesa.
Detener el cambio climático es sencillo: Basta con dejar de polucionar el aire quemando combustibles fósiles.  La semana que entra hay una conferencia en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Alcalá, impartida por un Ingeniero de Repsol, con el curioso título de  ''Ética ambiental en la extracción de combustibles fósiles". Voy a acudir a la conferencia a preguntar que cómo se come eso. Es absolutamente contrario a la ética ambiental ensuciar la atmósfera cada vez que se quema gasolina, gasóleo y gas natural, y no digamos carbón. 
Con el dinero que tiene acumulado Repsol, en vez de perforar y vender petróleo, puede, mucho mejor, dedicar ese dinero a montar centrales solares. Quizás no le den un rendimiento del 1000%, pero la gran mayoría de los ciudadanos vivimos contentos con ganancias de un 30%. ¿No podría Repsol contentarse con un 300% de ganancia montando centrales solares y contribuyendo así, por ejemplo a frenar la subida del nivel del mar y todos sus riesgos concomitantes?
¡Pienso que eso sí sería ético!
Es solo un ejemplo. Hay muchísimos más.
La ética no es algo de los religiosos o de los filósofos. El comportamiento ético genera beneficios, siempre, y el latrocinio genera, a la corta, media y larga, pérdidas para los ladrones y para todos. Basta con hacer bien las cifras. Solo los ciegos, los descerebrados, pueden pensar que expoliar es rentable. Y expoliar es lo que estamos haciendo con el sistema climático, y con el resto del planeta, océanos incluidos.
Estamos aún a tiempo de variar nuestro comportamiento, de respetar la casa donde vivivimos. No lo perdamos.