jueves, 13 de octubre de 2022

Mariposas y cambio climático: adaptarse o morir
theconversation.com

“No es la más inteligente de las especies la que sobrevive; ni la más fuerte; sino aquella capaz de adaptarse y ajustarse mejor al entorno cambiante en el que se encuentra”. Esta es seguramente una de las citas más conocidas de Charles Darwin, aunque se le atribuye erróneamente. En realidad, proviene de una interpretación del profesor Leon C. Megginson en su artículo Lessons from Europe for American business sobre el libro El origen de las especies de Darwin. En cualquier caso, esta idea fue la que nos llevó a plantear la principal hipótesis de nuestro último trabajo.

Los efectos del cambio climático han sido documentados en multitud de plantas y animales, pero un grupo de especies en concreto, las mariposas, ha sido uno de los mejor estudiados. La elevada sensibilidad y la rápida respuesta a los cambios ambientales, juntamente con su popularidad en proyectos de ciencia ciudadana, han hecho de las mariposas un perfecto modelo de estudio.
Las mariposas adelantan su vuelo

La fenología es la ciencia que estudia la relación entre los factores climáticos y el ciclo de los seres vivos, como, por ejemplo, la floración de las plantas, la migración de las aves y el período de vuelo de las mariposas. En un artículo previo describimos cómo muchas especies de mariposas están avanzando su emergencia (es decir, empiezan a volar antes) como respuesta al aumento de las temperaturas.

Pero en ese momento poco sabíamos sobre cómo estas respuestas se relacionaban con las tendencias poblacionales de las mariposas. Es decir, ¿qué supone para las mariposas empezar a volar antes? ¿Qué efecto tiene para sus poblaciones? ¿Permiten estos avances fenológicos una adaptación de las especies al cambio climático, y, por tanto, las especies que ajusten más su ciclo biológico al clima cambiante tendrán más posibilidades de sobrevivir?


Para intentar contestar estas preguntas, analizamos las tendencias de 51 especies de mariposas en Cataluña y Andorra gracias a los datos recogidos durante 26 años de seguimiento por parte del proyecto de ciencia ciudadana del Catalan Butterfly Monitoring Scheme (CBMS).
Las especies mejor adaptadas sobreviven

Nuestros resultados, publicados recientemente en Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences, demuestran una vez más el alarmante declive de las mariposas: más de la mitad de las especies disminuyeron su abundancia significativamente.

Las especies más especializadas, aquellas que solo viven en hábitats muy concretos o cuyas larvas solo se pueden alimentar de unas pocas especies de plantas, fueron las más afectadas. Este resultado se relaciona con la vulnerabilidad de las especies especialistas a los cambios en los usos del suelo y a la actividad humana.





Por otro lado, un análisis más complejo demuestra que las tendencias poblacionales están también determinadas por la sensibilidad fenológica de las especies a la temperatura.

Pese a que el 90 % de las especies avanzan su vuelo en respuesta a una mayor temperatura, hay especies que lo hacen en mayor medida que otras. Aquellas especies cuyo período de vuelo se ve más influido por la temperatura, avanzando o retrasando más marcadamente su emergencia en función del clima, son las que menos han sufrido en las últimas décadas. En cambio, aquellas con una menor respuesta fenológica a la temperatura han sufrido un declive mayor.

Todo esto sugiere que la capacidad de las especies de ajustar su calendario biológico en función del clima podría ser un rasgo adaptativo que permitiría a las mariposas una mayor sincronización con los recursos de los que se alimentan. Por ejemplo, avanzando su aparición en años cálidos en que las plantas avanzan su floración, las mariposas conseguirían mantener la sincronización entre su máximo de abundancia y el máximo de floración de las plantas.

Las especies con una menor capacidad de avanzar o retardar su vuelo en función del clima podrían ser las más vulnerables y amenazadas por el cambio climático debido a la pérdida de sincronía con las plantas de las que dependen.

La hipótesis apócrifa de Darwin, por tanto, se podría trasladar al contexto de las tendencias de las mariposas mediterráneas. Aunque por entonces, cuando planteó sus hipótesis a una escala de miles de años, seguramente no se imaginaba que siglo y medio más tarde viviríamos un experimento a tiempo real: el cambio climático debido a la actividad humana y su efecto en las especies.


miércoles, 5 de octubre de 2022

Así es cómo los principales bancos centrales del mundo financian la deforestación de bosques en Brasil
n.com.do


El Banco de Inglaterra, el Banco Central Europeo y el Sistema de la Reserva Federal de EE.UU. aparecen señalados como partícipes de la destrucción de bosques en la Amazonía de Brasil —territorios de gran importancia medioambiental que resultan críticos para el clima globa— al comprar millones de dólares en bonos para el agronegocio.

Una investigación titulada “Destrucción Bancaria” —de la ONG internacional Global Witness— fue publicada este miércoles y detalla cómo los bancos centrales financian “la destrucción ambiental”, al comprar “grandes volúmenes de deuda” emitidos por empresas vinculadas a la deforestación y pérdida de biodiversidad.




De acuerdo al estudio, la Reserva Federal de EE.UU. ha comprado un total combinado de 16 millones de dólares en bonos emitidos por las empresas Archer Daniels Midland Company (ADM), Bunge Ltd Financial Corp y Cargill, desde 2020, todas acusadas de participar en deforestación y acaparamiento de tierras, aunque niegan estas actividades.

Por su parte, desde 2016, el Banco de Inglaterra compró “una participación no revelada”, a través de un bono corporativo de 150 millones de libras esterlinas (más de 162 millones de dólares), emitido por Cargill. En el caso del Banco Central Europeo, el informe indica que la entidad adquirió “una cantidad no revelada de deuda” emitida por Bunge Finance Europe B.V. En ambos, casos la ONG considera que no publicar los valores de esas participaciones genera “una falta de transparencia”.

De acuerdo con Global Witness, los daños de las empresas mencionadas se han ejecutado en ecosistemas delicados, que incluyen bosques del Cerrado brasileño, una enorme sabana biodiversa que es parte de la selva amazónica y que es conocida como la cuna de las aguas, porque alberga las cabeceras y la mayor parte de las cuencas hidrográficas suramericanas y de los grandes afluentes del Amazonas.

“En un momento en que la crisis climática está devastando países de todo el mundo, es inaceptable que los bancos centrales más grandes estén financiando empresas vinculadas a la destrucción de los bosques y los abusos de los derechos humanos asociados”, señaló Veronica Oakeshott, líder del equipo forestal de Global Witness.

“Necesitamos esos bosques en pie”

Oakeshott agregó que la situación con respecto a la deforestación de bosques en la Amazonía es tan crítica, que si el mundo quiere poner freno al cambio climático, debe velar porque la destrucción no siga.

“Si queremos tener alguna esperanza de limitar el cambio climático, necesitamos esos bosques en pie. Cualquiera que sea el motivo por el que se establecieron sus esquemas de compra de bonos corporativos, ciertamente no fue esto”, dijo la investigadora.

El informe también estima que mediante la compra de bonos corporativos, los tres bancos señalados se hacen cómplices de abusos contra los Derechos Humanos porque tanto ADM, Bunge y Cargill, ejercen presiones en instancias multilaterales para que se siga permitiendo la deforestación, mientras impulsan el agronegocio en zonas en conflicto, donde sus habitantes tradicionales —entre ellos población indígena— viven en condiciones de pobreza y vulnerabilidad, y son víctimas de ataques, prohibición del acceso a la tierra y daños ambientales graves.

“Los hallazgos de Global Witness se hacen eco de la investigación del New Economics Foundation, un grupo de expertos británico, que sugieren que hay un ‘sesgo de carbono’ en el programa de flexibilización cuantitativa del Banco de Inglaterra, que ha llevado a invertir desproporcionadamente en sectores intensivos en carbono, incluidos los combustibles fósiles”, agrega el informe.

El estudio también concluyó que los tres bancos mencionados también aparecen en la financiación de más de 300 empresas vinculadas a la producción de carne de res, soya y aceite de palma, cuyas operaciones pueden impactar otros bosques tropicales en regiones como el sureste de Asia, África central y occidental, y otras partes de Suramérica.

Recomendaciones

La investigación recomiendan que los bancos centrales dejen de invertir en los bonos vinculados a la destrucción medioambiental; mejoren sus estrategias para la protección del clima, la naturaleza y la biodiversidad, con nuevas inversiones; y generen políticas de información sobre la deforestación.

También instan a evaluar la exposición que tiene el sector financiero a la deforestación, así como los riesgos asociados de sus inversiones en el agronegocio y otras industrias que ocasionan daños al medioambiente, a partir de políticas de “supervisión prudencial conexas”.

De igual forma, la ONG advierte que los gobiernos “deben regular de manera efectiva” tanto a las instituciones financieras como a las empresas, “para detener y prevenir la financiación de la deforestación”, y “facultar a los bancos centrales para ejecutar sus función de supervisión prudencial con eficacia”.

Global Witness fue fundada en 1993 y trabaja “para romper los vínculos” entre la explotación de recursos naturales, los conflictos, la pobreza, la corrupción y los abusos de los Derechos Humanos en el mundo.



Fuente RT