miércoles, 10 de mayo de 2017

Contaminación acústica está afectado la vida salvaje
elespectador.com

Estudio publicado en Science demuestra que el ruido emitido por las actividades humanas duplica los sonidos de la naturaleza, incluso en zonas de reserva.

Sonidos de la naturaleza que antes se escuchaban a 100 metros de distancia ahora sólo se logran percibir a diez metros de distancia. Luis Alejandro Bernal Romero


Los sonidos de la naturaleza están siendo silenciados por lacontaminación acústica humana, incluso en las reservas de vida salvaje. A esta conclusión llegó un estudio publicado en la revista Science y conducido por la Universidad Estatal de Colorado, Estados Unidos, después de monitorear los sonidos grabados en 492 áreas protegidas de este país.

Al analizar más de un millón de horas de sonidos, el equipo calculó que en dos tercios de los lugares la contaminación acústica es tan alta que los sonidos humanos duplican el doble del volumen que los sonidos naturales. Además, en un quinto de las reservas naturales el nivel de estrés acústico supera diez veces el sonido de fondo.

Pero más allá de la falta de calma que esto puede representar para las personas que visitan estos parques, el problema es que los ciclos de fauna y flora pueden alterarse con el ruido.

“Los animales usan el sonido para realizar funciones esenciales, como esquivar depredadores, encontrar comida, buscar pareja o mantenerse en la manada. No ser capaces de percibir ciertos sonidos puede traer enormes consecuencias”, afirmó Rachel Buxton, autora del estudio, a el periódico inglés The Guardian.

Además, como en un efecto domino, las alteraciones de los ciclos animales también tienen efectos sobre la vegetación y, por ende, en todo el ecosistema. Así las plantas no tengan oídos los animales que realizan la polinización o distribuyen semillas pueden huir como consecuencia del ruido humano.

Al buscar las principales causas de esta polución los científicos arrojaron estas probabilidades: carreteras y tráfico aéreo cercano, urbanizaciones, e industrias extractivas, como fracking y minería. En el quintil donde el ruido de los humanos supera diez veces el sonido de fondo, ecos naturales que usualmente se puede escuchar a 100 metros de distancia ahora sólo se logran percibir a diez metros de distancia.

Tal vez, como dijo la investigadora Buxton a The Guardian, la próxima vez que camine por un bosque asegúrese de ponerle atención a los sonidos que escucha, como el paso del río, el viento en los árboles y los cantos de los pájaros, pues cada vez habrá menos probabilidad de que lleguen a sus oídos.