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Cuando llueve después de mucho tiempo sin hacerlo, siempre surge un olor a tierra mojada que alegra a casi todos. Seguro que lo has olido en alguna ocasión, ya que es inconfundible y, por qué no, agradable. Ahora bien, ¿sabes cómo se forma? Os vamos a contar en este artículo cómo es el fenómeno denominado petricor.
Allá por la década de 1960, un par de geólogos australianos descubrieron una especie de aceite oloroso que impregnaba las piedras y que, a su vez, era responsable del olor a tierra mojada que acompañaba a la lluvia. A esa sustancia se le puso el nombre de “petricor”, una palabra que proviene de los vocablos griegos petra (piedra) e ikhôr (compuesto etéreo). Dado que el ikhôr era la esencia que corría por las venas de los dioses griegos según la mitología, petricor se podría traducir como “esencia de roca“.
¿Quién produce entonces esta sustancia que da el característico olor?
Pues una bacteria llamada Streptomyces coelicolor que, una vez secretada por las plantas, tiene su hábitat natural en el suelo. “¿Pero está en todas partes?”. Sí, podemos hallarla en los cinco continentes y se adapta a casi todos los terrenos, de ahí que puedas olerla en Tokio, Madrid, Nueva York, Sevilla o el pueblo más escondido de la geografía china.
Petricor y su multiplicación exponencial
Estas bacterias siempre están presentes, pero no se suelen manifestar. ¿Por qué sí cuando llueven?
Petricor y su multiplicación exponencial
Estas bacterias siempre están presentes, pero no se suelen manifestar. ¿Por qué sí cuando llueven?
Precisamente por esa razón: estas bacterias se disparan cuando caen las primeras gotas de agua. Al mojarse el suelo liberan millones de esporasque cumplen con la función reproductora. El golpeteo del agua contra el suelo hace saltar a las esporas, que se mezclan con el aire y dan el olor tan famoso.
Hay que recalcar que este petricor se puede oler incluso antes de que llueva, ya que las propias corrientes de aire transportan el olor desde zonas donde ya ha caído el agua.
La próxima vez que llueva después de un largo periodo ya sabéis a quién le tenéis que echar las culpas: a esa bacteria que libera esporas de agradable olor (y que deja el suelo como si fuera aceitoso). Por cierto, la detección del petricor en los desiertos por parte de los camellos les permite localizar agua a grandes distancias. En otras palabras: el petricor tiene una función de supervivencia vital para el animal. Su olfato también es importante, todo sea dicho.
Hay que recalcar que este petricor se puede oler incluso antes de que llueva, ya que las propias corrientes de aire transportan el olor desde zonas donde ya ha caído el agua.
La próxima vez que llueva después de un largo periodo ya sabéis a quién le tenéis que echar las culpas: a esa bacteria que libera esporas de agradable olor (y que deja el suelo como si fuera aceitoso). Por cierto, la detección del petricor en los desiertos por parte de los camellos les permite localizar agua a grandes distancias. En otras palabras: el petricor tiene una función de supervivencia vital para el animal. Su olfato también es importante, todo sea dicho.
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