lunes, 14 de octubre de 2013

Se duplicó el cepo a las importaciones y ya tiene impacto en el empleo

Los pedidos de empresas para traer insumos subieron al doble en un año, pero el Gobierno autoriza la misma cantidad; las importadoras reducen personal
Por   | LA NACION

Es jueves, pleno horario laboral, pero en la mayor parte del edificio reina el silencio. En algunas oficinas los empleados que aún quedan hacen sus tareas. Otras llevan semanas o meses desocupadas. "Hace dos años éramos 100 y ahora, 40", dice el dueño de laempresa importadora . Es un edificio de 5000 metros cuadrados, construido hacia la mitad de la década kirchnerista, antes de que las restricciones oficiales hicieran que la nómina de esta empresa se redujera en 60% y que este inmueble, en el que se invirtieron millones de pesos, mostrara esta imagen de abandono. "La situación es dramática", dice el empresario.
"Dramática." "Desesperante." Estas palabras se repiten entre importadores de distintos rubros a quienes el Gobierno les aprueban con cuentagotas los requisitos para traer desde el exterior los productos que ellos venden en el mercado local y que muchas veces son insumos para procesos productivos de otras firmas. En estricto off the record , por temor a que las autorizaciones se cierren del todo, varios empresarios contaron a LA NACION que la situación los ha llevado a despedir personal para poder reducir sus costos.
No parecen decisiones antojadizas, sino, más bien, la consecuencia de un cepo que recrudeció al doble. Según datos de la Cámara de Importadores, hasta el año pasado las empresas presentaban entre 2800 y 3000 solicitudes por día para importar. Los pedidos subieron este año a entre 5600 y 6000 diarios, pero las autorizaciones se mantienen en el mismo nivel, lo que vuelve el escenario más restrictivo.
El sistema se hizo oficial el 1° de febrero del año pasado, cuando, según lo dispuesto en la resolución 3252 de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), entró en vigor el régimen de declaraciones juradas anticipadas de importación (DJAI), cuya aprobación pasó a ser un requisito indispensable para comprar desde el exterior.
El régimen, que supuestamente iba a ser meramente informativo, permite que otros organismos públicos adhieran a él para poder hacer observaciones a los pedidos de las empresas. Una de las primeras dependencias que se sumó fue la Secretaría de Comercio Interior, que conduce Guillermo Moreno, donde la mayor parte de las DJAI son "observadas".
El lunes pasado, un empresario que tiene 20 empleados en relación de dependencia e importa herramientas y ropa blanca (sábanas y toallas) presentó en el Ministerio de Trabajo los papeles para entrar en procedimiento preventivo de crisis. "Desde marzo hasta ahora sólo nos autorizaron una importación por 48.000 dólares, que es menos del 3 por ciento de nuestras necesidades anuales". Por exigencia de la Secretaría de Comercio Interior, desde hace dos años esta empresa compensa sus importaciones con exportaciones de tubos para el cableado de fibra óptica y, además, montó un taller de confecciones e invirtió en un edificio de 1200 metros cuadrados. Nada de eso fue suficiente.
Los controles han provocado situaciones que rozan lo absurdo, como la de una empresa que importa aparatos médicos complejos y que no pudo entregar, durante un año, un equipo para un organismo del propio sector público. Por falta de autorización, la empresa tampoco ha podido suministrar equipos a varios hospitales.
Una situación similar se repite en firmas importadoras de distintos rubros: textiles, tijeras, productos de cuero. Todas las empresas que aceptaron hablar para esta nota sufren la desaprobación casi masiva de sus pedidos. Todas, en mayor o menor medida, han tenido que recortar personal.
"En el primer semestre de este año nos aprobaron alrededor del 50 por ciento de las DJAI, pero desde junio hasta acá nos han rechazado el 90 por ciento", dijo un importador de instrumentos odontológicos. "Tengo 38 empleados y la columna vertebral de mi negocio es la importación. Por esta situación ya tuve que despedir a dos personas", añadió. El empresario, que no descarta seguir achicando su estructura, señaló que entre el personal que queda hay mucho descontento "porque gran parte del salario de un vendedor corresponde a las comisiones de ventas, pero no tenemos mercadería para vender".
Los empresarios aseguran que han hecho conocer su inquietud, directamente o a través de una cámara, a la Secretaría de Comercio Interior, pero no han obtenido respuesta. Este diario quiso conocer la versión oficial, pero no fue posible.
El impacto sobre el empleo provocado por las trabas a la importación se da en un contexto de estancamiento en la creación de puestos de trabajo en el sector privado y no se aboca sólo a las firmas importadoras, sino también a las que utilizan insumos o maquinaria importada. Hace pocos días la Fundación Observatorio Pyme presentó un informe que muestra que los controles oficiales están afectando los procesos productivos de distintas empresas, principalmente las de perfil exportador, que son las más dependientes de insumos y maquinaria importada.
En la Cámara de Importadores afirman que, durante una misión comercial, Moreno les ofreció que en la primera mitad de este año se iba a mantener el ritmo de aprobación de las DJAI que se registró en el último trimestre de 2012 y que en la segunda mitad el ritmo de aprobación sería aún mayor. "Pero este ofrecimiento no se cumplió", dijo el vocero de la entidad, Miguel Ponce. En la cámara piden dar prioridad al empleo y a la actividad sobre las metas de superávit comercial y demandan "una modificación en la forma en que se está administrando el comercio".

PUERTAS BIEN CERRADAS

El cepo a las importaciones se intensificó en el último año
  • Hace un año, los pedidos de empresas para importar oscilaban entre los 2800 y los 3000 por día
  • Esa cifra subió ahora a entre 5600 y 6000 solicitudes diarias, pero la Secretaría de Comercio Interior sigue entregando la misma cantidad de autorizaciones
  • El recrudecimiento de las restricciones tiene ya un efecto en el empleo, principalmente entre las importadoras
  • Toallas, sábanas, herramientas, aparatos médicos e instrumentos odontológicos son algunos de los sectores que tuvieron que reducir personal.

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