La Nasa da otro paso para ver si es posible la vida en la Luna y ahora planea un experimento para cultivar plantas en el ambiente lunar.
La agencia espacial de EE.UU. planea sembrar sus primeras semillas en la Luna en el año 2015. Entre los primeros cultivos que estarán en el satélite figuran semillas de nabo y de albahaca. La nave espacial comercial Moon Express tendrá que viajar a la Luna con las semillas en un recipiente especial con nutrientes, según el sitio web de la Nasa.
El recipiente con semillas contiene un tanque con agua que se abrirá automáticamente después de aterrizar la nave espacial y comenzará el proceso de germinación. El contenedor tendrá también oxígeno durante cinco días. Tras pasar este período las plantas tendrán que crecer en condiciones naturales.
En el periodo de entre 5 a 10 días posteriores los científicos monitorearán el desarrollo de las semillas y lo compararán con los ejemplares de control que habrá en la Tierra. Además, el recipiente estará equipado con una cámara que enviará imágenes a los científicos que harán el seguimiento desde la Tierra.
Experimentos anteriores en la Estación Espacial Internacional, así como en los transbordadores, han demostrado que las plantas pueden crecer en condiciones de baja gravedad. Los científicos podrán evaluar ahora en la Luna el efecto de la gravedad y la radiación reducida a la vez sobre las plantas.
La germinación de las semillas es solo la primera etapa de la investigación planificada. Si se lleva a cabo con éxito, los investigadores planean repetir el experimento pero esta vez aumentando el tiempo de observación y usando diferentes tipos de plantas.
Uruguay y Chile, los países menos corruptos
Según el informe de Transparencia Internacional, son los que mejor puesto ocupan en América Latina. Argentina, entre los peores de la lista.
Uruguay y Chile son los países de América Latina percibidos como más transparentes y con menores niveles de corrupción, en contraposición a lo que ocurre en casos como Venezuela y Paraguay, e incluso Argentina, que son vistos entre la lista de los más corruptos, según el informe de la Ong alemana Transparencia Internacional (TI) publicado hoy.
La edición 2013 del ya tradicional Índice de Percepción de la Corrupción (CPI) de TI ofrece un ránking regional en el que, pese a la estabilidad de los resultados, destacan las caídas generales en América Central. "Lo que salta más a la vista son las caídas de Centroamérica como bloque. Una explicación es que los grupos del crimen organizado necesitan la corrupción para traficar con drogas, armas y personas", aseguró el director para las Américas de TI, Alejandro Salas. Y consideró que estas organizaciones y sus conflictos provocan un "desgaste sistemático" en toda la región, que contiene a los países con mayores caídas del ránking: Guatemala, Panamá, República Dominicana y Honduras.
En una escala del 0 (sumamente corrupto) al 100 (muy transparente), la tabla de Transparencia está encabezada por Uruguay, con (73), Chile (71), Puerto Rico (62) y Costa Rica (53), seguidos por Cuba (46), Brasil (42) y Salvador (38). En el final de la lista, como los más corruptos, se encuentran Venezuela (20), Paraguay (24), Honduras (26), Nicaragua (28) y Guatemala (29). Argentina, con 34 puntos, también está entre los últimos de la lista junto a Perú (38), Colombia (36), Ecuador (36), Panamá (35), Bolivia (34), México (34) y República Dominicana (29).
Perdieron puestos en la lista tanto Brasil (del 69 al 72) como Argentina (102 al 106) y México (105 al 106), aunque los tres mantienen un puntaje casi igual que el del año pasado. "Siguen estancados, lo cual no es un triunfo", analizó Salas. "Son países del G20 y que aspiran a ser del club de los grandes, pero tienen resultados muy pobres en buen gobierno, índices de educación y corrupción", agregó.
Entre los más limpios, Uruguay escaló un puesto hasta el 19, empatando con Estados Unidos y dejando segundo a Chile, que cayó dos hasta el 22. Haití, en el 163, y Venezuela, en el 160, vuelven a ser los países más corruptos de América. Entre ambos extremos aparecen Cuba (63), Perú (83), Colombia (94), Ecuador (102) y Paraguay (150).
A nivel internacional, Somalia, Corea del Norte y Afganistán, con tan sólo ocho puntos, son los países percibidos como más corruptos del mundo según TI, y Dinamarca y Nueva Zelanda son los más transparentes al sumar 91.
TI, referencia global en el análisis de la corrupción, asegura que los resultados de este informe "dibujan un escenario preocupante". La corrupción en el sector público sigue siendo "uno de los mayores desafíos a nivel mundial", según esta ONG, que considera que las áreas más problemáticas son "los partidos políticos, la policía y los sistemas judiciales".
Escepticismo
Preocupa a EE.UU. la caída en las reservas argentinas
El gobierno de Estados Unidos sigue con preocupación la continua caída de lasreservas del Banco Central y considera que un acuerdo de la Argentina con el Club de París, por la deuda aún pendiente de pago, podría permitir el regreso de algunas líneas de financiamiento del exterior para el país.
En Washington mantienen un gran escepticismo respecto de las últimas medidas de política económica, aunque creen que el Gobierno tomó conciencia de las restricciones que enfrenta en el ámbito externo.
De este modo, los funcionarios del gobierno de Obama que observan la situación regional desde los departamentos de Estado y del Tesoro oscilan entre tender otra mano al país para que pueda reabrirse el crédito y esperar a ver señales concretas antes de brindar cualquier apoyo. Fuentes diplomáticas indicaron a LA NACION que el diagnóstico de la administración demócrata es categórico: hay poco tiempo y se necesitan varias medidas de aplicación simultánea.
En el plano interno, una de las definiciones que se esperan con mayor atención es la forma en que el gobierno de Cristina Kirchner intentará detener la caída de las reservas del Banco Central, que ronda los US$ 15.000 millones desde la implementación del cepo, a fines de 2011.
En el plano externo, se aguarda con ansiedad la posibilidad de que el Gobierno plantee finalmente una propuesta de pago a los países que integran el Club de París, por una deuda que sigue en default por 9000 millones de dólares, entre el capital y los intereses caídos desde 2002.
Es que si bien Washington aplaudió el arreglo entre el Gobierno y las empresas norteamericanas que habían ganado sus juicios ante el Ciadi (el tribunal arbitral de resolución de controversias del Banco Mundial), aún considera que la Argentina debe dar otros pasos para recuperar el voto de Estados Unidos en los bancos multilaterales de crédito.
En concreto, se espera que, transcurridos cinco años desde que la presidenta Cristina Kirchner ordenara por decreto pagar la deuda con el Club de París en efectivo, con las reservas del Banco Central, el Gobierno haga una propuesta. Y aunque la propia tendencia de las reservas conspira contra la posibilidad de un desembolso adicional al actual cronograma de vencimientos, los acreedores aclaran que, si el país llegara a un acuerdo, podría obtener acceso a líneas de financiamiento barato para infraestructura y comercio exterior.
De todos modos, Estados Unidos no es el único ni el más importante acreedor oficial de la Argentina; los últimos cálculos oficiales mencionaban una deuda bilateral de 500 millones de dólares, frente a unos US$ 2000 millones que el país les debe a Alemania y a Japón.
Justamente Washington, como la Argentina, reconoce que estos dos países se encuentran entre los más duros acreedores para encontrar una solución viable para todas las partes involucradas.
Si el Gobierno acercara una propuesta concreta -en realidad, en las últimas gestiones todos los ministros de Economía y secretarios de Finanzas se limitaron a conciliar las cifras y sólo mencionaron informalmente las diferentes ideas para pagar-, la Casa Blanca podría reconsiderar su voto negativo en el directorio del Banco Mundial y en el del BID cada vez que se trata la aprobación de un crédito para la Argentina. Además, estaría en condiciones de reabrir los créditos blandos del Eximbank norteamericano.
En forma paralela, en Washington también se debate la postura en torno de las sanciones al país decididas por el Fondo Monetario Internacional (FMI). Frente a la reunión de directorio de este organismo del próximo lunes 9, en la que se debatirá si el Gobierno avanzó o no en forma sustancial en el diseño del nuevo índice de inflación que prometió implementar en 2014, predomina la idea de no seguir castigando al país, otorgándole un plazo de seis meses hasta que se observen los resultados concretos de la nueva medición de precios al consumidor.
LA HORA DE LOS BUITRES
Los detalles metodológicos a los que han podido acceder los funcionarios extranjeros -ya que el Indec exhibió el nuevo IPC ante representantes de varios gobiernos, pero no lo presentó públicamente en la Argentina- a priori los conformaron. Pero, dada la historia de siete años de manipulación de los datos, no quieren emitir un juicio definitivo hasta no verificar si la nueva medición se acerca a los datos de aumento de los precios que solían difundir las provincias. Estos arrojan un resultado cercano al 25% anual, frente al 10% que viene dando el Indec.
Por otra parte, el gobierno norteamericano considera que la Argentina debe ser más astuta que en el pasado en su apelación ante la Corte Suprema de ese país para que el alto tribunal tome su caso en contra de los holdouts .
En particular, opina que el estudio Cleary, Gottlieb, Steen & Hamilton, que representa al país en los tribunales estadounidenses, debe ser más enfático en demostrar que otorgarles la razón a los demandantes constituye una violación del Acta de Inmunidad de los Soberanos Extranjeros (FSIA) y, al mismo tiempo, un peligro para la seguridad jurídica de Nueva York como plaza financiera global.
Sólo cuando la Corte Suprema tome el caso, y eventualmente le pregunte su opinión al procurador general de la administración Obama, el gobierno norteamericano emitiría un nuevo escrito en favor de la postura del país, como ya ocurrió en primera y en segunda instancias de esta causa en la que, por ahora, ganaron un grupo de fondos buitre y de 13 minoristas argentinos.