miércoles, 26 de abril de 2017

Los radares meteorológicos sirven para analizar la migración nocturna de aves
agencias.abc.es

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Una investigación de la Universidad del País Vasco y la Sociedad de Ciencias Aranzadi ha demostrado que los radares meteorológicos sirven también para analizar la migración nocturna de aves.

Así lo pone de manifiesto el primer estudio a gran escala llevado a cabo en el Golfo de Bizkaia por la investigadora Nadja Weisshaupt, que ha utilizado radares meteorológicos, cámaras térmicas y observaciones lunares para analizar las migraciones de aves.

De hecho, su investigación ha roto con la creencia de que las migraciones en el Golfo de Bizkaia se producían fundamentalmente en otoño, cuando había un desplazamiento masivo de aves entre sus áreas de cría y los entornos a los que se desplazan para pasar el invierno.

"Se pensaba que la migración se realiza como un frente amplio en otoño, pero en mi estudio he visto que no es así", señala la autora de la tesis doctoral, que asegura que las migraciones en el Golfo de Bizkaia se dan por mar y tierra en primavera y por tierra en otoño, hacia los Pirineos, al contrario de lo que se creía.

Por otro lado, las observaciones lunares han permitido establecer que las aves paseriformes, entre las que se incluyen los pájaros cantores, son los principales migrantes nocturnos, aunque también hay un pequeño porcentaje de aves acuáticas.

El departamento de Matemáticas Aplicadas de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) ha recordado en un comunicado que la migración de aves ha sido objeto de múltiples estudios científicos en Euskadi sobre todo mediante el anillamiento de aves capturadas, y que los datos recogidos por la Sociedad de Ciencias Aranzadi han servido de base para este estudio.

A partir de esos datos se recurrió a diversos métodos de observación: radares, cámara térmica y observaciones lunares.

Los radares meteorológicos fueron una herramienta clave para este estudio y se utilizaron de dos tipos: uno de ellos es el perfilador de Euskalmet que se encuentra en Punta Galea, que hace mediciones de viento y que en épocas de migración registra señales que no corresponden a vientos, sino a las aves que pasan, y el segundo es un radar que mide las precipitaciones.

Este último, ubicado en Kapildui, también de Euskalmet, tiene una onda más corta que la del perfilador, aunque también registra aves.

Pero no todos los radares son válidos, ya que los de la Agencia Española de Meteorología (Aemet) no permiten recoger información biológica, algo que sí hacen los radares franceses.

Con los radares válidos se utilizó un algoritmo para automatizar la extracción de datos de aves de los radares meteorológicos, desarrollado por el doctor Adriaan Dokter de la Universidad de Ámsterdam, quien colaboró con el proyecto dentro de la iniciativa europea Cost Enram (European Network for the Radar Surveillance of Animal Movement).

El segundo tipo de herramienta, la cámara térmica, registra la radiación de infrarrojos que emiten las aves, cuya temperatura, entre 40 y 41 grados centígrados, contrasta claramente con la temperatura ambiente.

Además, la cámara permite especificar si las aves observadas son paseriformes, si van solas o en grupos, la dirección que llevan y la intensidad de la migración del espacio de tiempo analizado.

Finalmente, la observación lunar se realizó desde dos días antes hasta dos días después de la luna llena, lo que ha permitido complementar la información obtenida de los otros sistemas y especificar la composición de las aves migratorias.

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